El Consejo de Ministros ha aprobado una nueva reforma financiera que endurece las provisiones de la banca y que no incluye ayudas a fondo perdido a las entidades que lo necesiten, pero sí apoyos con un tipo de interés cercano al 10 % anual. El ministro de Economía, Luis De Guindos, ha dado un plazo de cinco años a la banca para devolver este dinero al Tesoro que se vehiculará a través de los bonos convertibles contingentes.

De Guindos anunció que el Ejecutivo ha decidido elevar de manera importante los requisitos de provisiones para la banca española. Así, avanzó que harán falta otros 30.000 millones de euros hasta final de año. La intención del Ejecutivo es disipar todas las dudas sobre el balances de la banca. Así, estas provisiones son para cubrir los activos no problemáticos de la banca y que se sitúan en los 123.000 millones de euros. Así, se trata de elevar del 7% al 30% la actual provisión genérica para cubrir un hipotético deterioro de la parte no problemática.

El Gobierno también ha creado los llamados 'bancos malos' y contratará dos expertos independientes para valorar toda la cartera crediticia del sistema financiero en España. No obstante, estas provisiones serán distintas por tipo de activo y llegarán al 52% en el caso del suelo y las segundas hipotecas. Los créditos respaldados con promociones en curso subirán sus exigencias hasta el 29% y la vivienda terminada, hasta el 14%. Con estos requisitos, la cartera total de exposición inmobiliaria (ligeramente superior a 300.000 millones) quedará cubierta al 45%, según el ministro. Estas provisiones deberán dotarse contra las cuentas de resultados -no capital- de las entidades financieras, que tendrán de plazo hasta fin de año para hacerlo.
 

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