Banco EspañaDuero, integrado dentro del Grupo Unicaja tras la reestructuración de Caja España-Duero (Ceiss), han vuelto a reunirse este miércoles con los sindicatos para avanzar en el proceso de negociación previo a la reestructuración de la plantilla.
Tras conocerse que puede afectar a un máximo de 1.120 puestos de trabajo, se esperaba que la entidad financiera detallara qué oficinas cerrará o dejará con menos empleados. De momento no se ha entrado en detalles más concretos. La próxima semana comenzará el periodo formal de consultas.
Durante la última reunión, el banco planteó analizar medidas de flexibilidad interna cuyo objetivo es reducir el impacto de la reestructuración y atenuar sus consecuencias. Estas medidas contemplan, desde recolocaciones en empresas del grupo o en terceras empresas, movilidad geográfica, modificación de las condiciones de trabajo para el ahorro de costes, hasta la extinción del contrato de personas que, por su edad, tienen más fácil acceso a una jubilación próxima.
Por su parte, la representación laboral de la Unión General de Trabajadores (UGT) también presentó unas propuestas, que serán analizadas y valoradas por la empresa. Comisiones Obreras (CCOO), por su parte, esperará al informe técnico de Unicaja para hablar de pérdida de empleo.
En concreto, la desaparición de los servicios centrales con sede en León, Salamanca y Valladolid, además de las oficinas de Madrid, se llevará por delante 541 puestos de trabajo, según los planes del Banco EspañaDuero. Otros 579 trabajadores serán de la red de oficinas.
En la primera reunión, la dirección del banco justificó la reestructuración para garantizar la competitividad a largo plazo y mantener el liderazgo en sus territorios de referencia. Así, esta medida es consecuencia tanto de los requerimientos de la Comisión Europea como del contexto económico en que se encuentra el sector financiero, que hacen necesarias medidas adicionales de eficiencia.
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