En este informe de 2016, se expone un análisis dirigido a proponer un modelo que pueda ser utilizado como barómetro de salud, que permita a las empresas plantear un diagnóstico de situación, identificar los posibles factores que puedan ser objeto de mejora, determinar programas para promover la salud, efectuar su seguimiento y mejora, así como establecer proyecciones sobre escenarios de futuro.   

El reconocimiento del género debe abordarse tanto por las diferencias fisiológicas y la protección de la maternidad, como por los aspectos sociolaborales que subyacen en el empleo, que determinan una mayor morbilidad en las trabajadoras. En los distintos indicadores (índice de procesos, índice de días de baja, duración media) los valores son superiores en mujeres que en hombres. Asimismo, debe permitir a las organizaciones obtener información que pueda ser utilizada en sus planes y políticas de igualdad, indispensables para conseguir la equidad social y la competitividad de las empresas.  

La incidencia de los días de incapacidad temporal en los grupos de diagnósticos de trastornos músculoesqueléticos, traumáticos y psiquiátricos, alcanzaría el 57% de los días de incapacidad y por tanto, cualquier programa de promoción de la salud de los trabajadores que pretenda reducir los niveles de absentismo de la plantilla deberán incluir necesariamente acciones dirigidas a minimizar el impacto de los factores que pueden incidir en estas dolencias.  

Los costes totales que se derivan de los trastornos músculo esqueléticos, al cabo de un año, podrían estimarse entre los 392 y 634 euros por trabajador en plantilla y si consideramos de todos los grupos de diagnóstico, podría ascender a más de 1.977 euros, cifras que pueden contribuir a tomar decisiones para invertir en la mejora de la salud de sus trabajadores.  

La relación entre la edad y los procesos de incapacidad temporal denota un comportamiento cruzado, en el que se evidencia una mayor incidencia de los procesos en los grupos de menor edad -con un ligero repunte en el grupo de entre 55 y 64 años-. En cambio, si analizamos la distribución del número de días de incapacidad temporal para cada grupo de edad en el colectivo de trabajadores por cuenta ajena, se puede observar de forma clara como repercute la edad en la duración de los periodos de incapacidad, de forma que si comparamos el grupo de entre 25 y 34 años, con el de entre 55 y 64, la incidencia del número de bajas es menor en los de mayor edad y en cambio el número de días de incapacidad llega a duplicarse.  

 

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