La pobreza energética, definida como la incapacidad de un hogar para hacer frente a los servicios de la energía necesarios para satisfacer sus necesidades básicas y cuando el hogar está destinando para ello un alto porcentaje de sus ingresos, se ha situado en la primera línea de actualidad, poniéndose el foco de atención en los hogares más vulnerables desde diferentes perspectivas (los precios de la energía, la crisis económica o la deficiente calidad de las edificaciones). 

A raíz del primer estudio realizado por la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) en 2012, se pudo conocer que en 2010 el 12% de los hogares españoles, más de cinco millones de personas, estaba dedicando más del 10% de sus ingresos netos al pago de las facturas de la energía. En ese mismo año, más de tres millones de españoles se declaraba incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante los meses de invierno. Ahora son el 17% los hogares con dificultades, más de siete millones.

Desde el año 2010, los tres factores que condicionan que un hogar entre en situación de vulnerabilidad frente a la pobreza energética (ingresos del hogar, precios de la energía y eficiencia energética de la vivienda), bien no han evolucionado favorablemente, bien se han mantenido en una situación similar a la analizada en el estudio.

“Dada la enorme repercusión que tuvo el primer estudio de ACA, a diferentes niveles, la magnitud que ha alcanzado este problema social y el creciente impulso de iniciativas y medidas impulsadas por diferentes administraciones públicas, grupos políticos y organizaciones sociales, se hacía necesario realizar un nuevo estudio que permitiese presentar resultados actualizados, analizar la tendencia de esta problemática desde el comienzo de la crisis y que revisar las políticas y medidas puestas en marcha desde 2012 para erradicar o prevenir la pobreza energética”, explican los autores. 

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído