La Dirección General de Tráfico (DGT) plantea en el nuevo Reglamento General de Circulación una reducción de los límites de velocidad en determinadas calles y carreteras secundarias y su aumento, en casos específicos y en ciertas condiciones, en algunos tramos de autopistas y autovías. La reforma sigue las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea.
 
Con la idea de reducir la siniestralidad en el ámbito urbano y configurar una ciudad más cómoda y sostenible, la DGT propone introducir el límite de velocidad de 30 kilómetros por hora en las calles de las ciudades con única dirección y sentido. De esta forma, en ciudades como Salamanca, donde los barrios periféricos al casco antiguo se levantaron con este tipo de vías, la nueva normativa de Tráfico tendrá una alta incidencia.
 
La capital charra posee más de 1.500 calles. El nuevo reglamento afectará a dos terceras partes, más de mil calles sobre todo de las zonas de Garrido-Labradores, Pizarrales-Blanco y Comuneros-Prosperidad. Una medida que ampliará la iniciativa municipal ya recogida en el Plan de Movilidad por la cual las calles incluidas entre Gran Vía y Paseo de Canalejas pasarán a ser Zona 30. De hecho, en rector Esperabé y un tramo de la avenida Vicente del Bosque ya tienen establecido este máximo.
 
Cuando se aprueba definitivamente este reglamento, el actual límite de velocidad de 50 kilómetros por hora se rebajará a 30 en la mayoría de las calles charras. No obstante, el concejal de Tráfico del Ayuntamiento de Salamanca, Ángel Lago, ya explicó en su día a este diario que habrá que esperar a esa aprobación definitiva para adoptar las medidas correspondientes, tanto en señalización como en control de velocidad, pues el Reglamento General de Circulación todavía puede sufrir más cambios.

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