La falta de lluvias está provocando que una gran parte de las siembras tardías de cereales no consigan nacer al no tener humedad suficiente para la germinación. Según las estimaciones de las organizaciones agrarias, estaríamos hablando del serio riesgo que corren más de 80.000 hectáreas. Esta situación podría desencadenar que miles de hectáreas se tuvieran que levantar después de haber hecho la mayor parte de los gastos en fertilizantes, semillas y labores agrícolas.
 
Además de la ausencia de lluvias las bajas temperaturas provocadas por las fuertes heladas de los últimos días, donde se han alcanzado medias de 10 grados bajos cero, ha provocado que aquellas semillas que estaban ahijadas se hayan secado, especialmente en los terrenos más fuertes donde las necesidades hídricas son más necesarias.
 
Los cultivos más afectados son los trigos y cebadas sembrados en las fincas donde se cultivó remolacha, maíz o patatas en la campaña anterior. Además hay que tener en cuenta el déficit de nieve en las montañas, por lo que la reserva de agua para la primavera puede verse muy mermada de cara a la campaña de riego, si la climatología no cambia en las próximas semanas.

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