Esta estrecha vía entre Compañía y Cervantes, bordeando lo que hoy es la Universidad Pontificia, debe su nombre a un antiguo colegio fundado en el siglo XVI por Juan de Cañizares. En concreto, se trataba del colegio de San Cruz de Cañizares, pero la tradición oral fue cambiándolo progresivamente hasta que se llegó a conocer como colegio de Cañizal, y de ahí la denominación actual de la que hasta entonces había sido la calle Guardianos.
Fue ésta una de las principales zonas educativas de la capital del Tormes. Junto a este colegio, cuyos restos se han integrado en el Conservatorio Profesional de Música, se ubicaban las escuelas de la Compañía, primeras escuelas públicas de la ciudad, según detalla José María Hernández Díaz en el ‘Callejero histórico de Salamanca’ editado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura. E incluso fue el lugar en que los salesianos se instalaron por primera vez en Salamanca a finales del siglo XIX, un epicentro educativo que se ha mantenido hasta nuestros días.
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