SALAMANCA24HORAS ha entrevistado con Manuel Cascón, presidente de la Asociación de Autoescuelas de Salamanca, con la finalidad de conocer la situación actual de un sector con algunos cambios durante los últimos meses, el más reciente a partir de este lunes con modificaciones en los exámenes prácticos. Las últimas noticias giran en torno a un descenso de alumnos y un cambio en el panorama y perfiles de los implicados como los propios alumnos o la proliferación de pequeños centros de enseñanza para conducir. Las autoescuelas no quedan exentas de la crisis preocupando, en gran medida, el aspecto de la formación y la calidad a ofrecer.
 
- La crisis, como ya es sabido, ha pegado fuerte en el sector de la automoción a todos los niveles. Preocupante es también, de este modo, la particular situación que viven las autoescuelas que ven, cómo cada vez más, desciende el número de alumnos matriculados…
- Sí, esa es la realidad. Seguimos perdiendo alumnos y la tendencia es que continúe en aumento dicho descenso sin saber hasta dónde vamos a llegar. En principio contamos con la ventaja, entre comillas, de la existencia de cursos bonificados por el Fondo Social europeo para permisos profesionales. La mayor caída registrada tiene que ver con el permiso de tipo B.

- Ante este hecho, ¿cuál es la determinación a seguir por parte de este tipo de centros de enseñanza?

- En muchos casos la de bajar los precios  o ajustándolos al máximo aún estando con la soga al cuello. Se ha demostrado que no es tampoco algo positivo porque cuanto más grande es la oferta mayor es la disminución de la calidad. Sucede lo contrario de lo esperado en un principio en cuanto al número de alumnos. Hay que tener cuidado con ofertas que pueden resultar engañosas provocando que se de el caso de alumnos rebotados que retornan a otros centros después de haber estado matriculados en otros.

- Entonces, a tenor de lo explicado anteriormente, el alumno es también un gran perjudicado de esta situación…

- Sin lugar a duda. Lo más económico para el alumno, o para nuestros clientes, es la calidad. Necesita de un centro al que llegue y se le atienda correctamente tanto a nivel individual como colectivo en su formación. A conducir se aprende con una buena base, de lo contrario, seguirá practicando las malas formas con las que ha nacido en el coche. Y esto se sabe aquí, en la autoescuela.

- Ya que hablamos del alumno, ¿cuál cree que es su punto de vista sobre los cambios en el examen de conducir que comenzarán a aplicarse el próximo 21 de enero? ¿Existe cierto recelo?

- Todos los años ha habido cambios. El alumno, de por sí, piensa que el sacar adelante el carné de conducir es difícil pero no es así. En principio es reticente a esos cambios pero se trata de uno más que consideramos que va a sacar mejores conductores.

- Preocupa la calidad. En este sentido, ¿existen propuestas o se ha llegado a tomar alguna medida por parte de la Dirección General de Tráfico?

- Afortunadamente, la directora de la DGT apuesta por la buena enseñanza. Le importa poco la imagen dada al exterior con costosas campañas y sí la calidad y una verdadera preocupación por la seguridad vial. Creo que la DGT va a atacar el problema de raíz que reside en la formación, que es donde los conductores adquieren los valores en relación a la práctica de conducir. Tanto es así que se llevarán a cabo una serie de encuestas donde el propio alumno valorará la calidad del centro donde ha estado preparándose directamente a la DGT y tendrá la oportunidad de indicar cuál ha sido el método de estudio y trabajo utilizados. Posteriormente, se recogerán los datos y se elaborarán los estudios e informes pertinentes.

- Nadie mejor que usted para contarnos cuál es la realidad y el panorama actual de las autoescuelas…

- Hay muchos trabajadores de autoescuelas en paro y muchas de éstas que están cerrando. Lo cierto es que los requisitos para su apertura son menos exigentes que antes y esto provoca que abran muchos rincones mal llamados autoescuelas, donde sustituyen al profesor tradicional por un ordenador. La máquina solo debe ser entendida como un complemento a la clase de toda la vida que es donde verdaderamente el alumno aprende. Digamos que estos sitios actúan como profesores particulares y que intentan salir delante de alguna manera. En cuanto ofertas o bajadas de precios, pienso que debemos de obtener unos márgenes de beneficios concretos porque hay que mantener instalaciones, vehículos, pagar al profesorado y llevarse a casa algo para comer.

- El perfil del alumno también habrá cambiado…

- Sí, efectivamente. Ya no viene el de antes con dieciocho para tener el carné de conducir. Ahora esto se ha convertido en una necesidad que se puede convertir en artículo de lujo y es más común el encontrarse con clientes de más de veinte años porque lo necesitan para acudir a su puesto de trabajo o por exigencias de currículum. Y lo que se ha notado también es un descenso en las esposas o mujeres de mediana edad que acudían a sacarse el carné.

- ¿Se le ocurre alguna medida para revertir la situación actual?

- Soluciones hay muchas, seguro. El carné seguirá siendo imprescindible para la sociedad. Una de ellas, y que ya se aplicó hace cinco años, es que la administración vuelva a conceder a los alumnos el préstamo para sacar el carné pudiendo devolverlo por su parte a razón de un euro al día. Así se evita que se prescinda tanto del carné y que haya alumnos que lo aparquen porque verdaderamente no pueden pagárselo.

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