Al respecto, Alternativa Republicana afirma en un comunicado que no ha reconocido nunca la legitimidad de la ocupación de la jefatura del Estado por parte de Juan Carlos de Borbón, "heredero de una dinastía nefasta para nuestro país y promovido al puesto que ha ocupado hasta hoy por un dictador genocida. Esta abdicación es fruto de la creciente deslegitimación de la monarquía, las personas que la representan y el régimen que la sostiene, pese a los poderosos apoyos políticos, económicos y mediáticos de los que se ha beneficiado".
Por todo ello, consideran que el proceso de abdicación solo puede dar lugar a "la apertura de un proceso radicalmente democrático que partiendo de un referéndum vinculante devuelva la soberanía al pueblo español, que fue privado de ella de forma violenta mediante un golpe de estado fascista. Entendemos que este proceso ha de dar lugar a la proclamación de una tercera República democrática en toda la extensión de la palabra".
Alternativa Republicana llama "a todos los ciudadanos y ciudadanas a que manifiesten su oposición a la continuidad de una monarquía ilegítima mediante el ejercicio de su libertad de expresión y manifestación" y propone "la mayor unión y coordinación a las fuerzas políticas y sociales que defienden la instauración de la III República en este momento de máxima responsabilidad".
Por su parte, el Partido Comunista hace un llamamiento a sus militantes, "a los trabajadores y trabajadoras y a toda la ciudadanía a movilizarse para exigir la convocatoria de un referéndum vinculante sobre monarquía o república e impedir así los planes del bipartidismo para consolidar su régimen oligárquico y anti-popular". A su juicio, "el miedo al pueblo trabajador ha acelerado la hoja de ruta del bipartidismo para impedir una salida social de la crisis. El resultado de las elecciones europeas ha puesto de manifiesto la debilidad del régimen surgido de la transición y la potencialidad de las fuerzas que venimos reclamando un proceso constituyente para nuestro estado que dé respuesta a los problemas de la gente y de los pueblos". Y concluye: "Además de una institución antidemocratica y obsoleta la monarquía es, en nuestro Estado, el símbolo del régimen del bipartidismo monárquico, el símbolo del bipartidismo al servicio de la oligarquía, de los que están aprovechando el sufrimiento de la gente para mantener sus privilegios".
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