1. Las comisiones 
Antes de decantarte por una oferta, examina si cuenta con algún tipo de comisión y qué te pide a cambio de eliminarlas. En las cuentas corrientes, los cargos más comunes suelen ser los de mantenimiento y administración, pero también podrían aplicarte otros como los que se cobran por retirar dinero de una oficina distinta a aquella en la que abriste tu cuenta o los gastos de correo (si te envían correspondencia a tu domicilio). Lo más conveniente es que elijas una cuenta que te cobre poco y no te exija prácticamente nada: ni saldos medios, ni nómina o recibos domiciliados, ni productos vinculados. En el mercado hay algunos ejemplos:

2. Las tarjetas 
Es importante que analices si la cuenta que vas a elegir te permitirá contar con una tarjeta de débito, ya que se trata de la herramienta más sencilla para disponer de tu dinero. Consulta si la tarjeta tiene algún tipo de coste y en qué cajeros te permite sacar dinero gratis.  

3. La devolución de un porcentaje de lo que pagas 
Entre los beneficios extras que puede ofrecerte una cuenta corriente está la devolución de un porcentaje de los recibos que tengas domiciliados o de las compras que realices en determinados establecimientos. Es lo que sucede, por ejemplo, con la Cuenta Sin Nómina, de ING Direct. 

4. Promociones y regalos 
Los regalos siguen siendo uno de los grandes reclamos de las entidades financieras para atraer nuevos clientes. Eso sí, no debes dejarte llevar por su atractivo: los obsequios, como cualquier otra ganancia, están sujetos al pago de impuestos y, en muchos casos, a un período de permanencia en el banco que puede llegar a los 36 meses.  

5. Saldos medios mínimos 
Algunas entidades exigen mantener un saldo mínimo medio de dinero en la cuenta en todo momento para no cobrar comisiones. Para calcularlo debes sumar el saldo del que dispones cada día y dividir la suma global por el número de días. Por ejemplo, si durante una semana has tenido 1.000 euros en la cuenta (en total, 7.000 euros para 7 días), los siguientes 10 días tienes 2.000 euros (20.000 euros para 10 días) y los siguientes 13 días, 1.500 euros (19.500 euros), el saldo total es de 46.500 euros, que deberás dividir entre 30 días. El saldo medio de tu cuenta para ese mes será de 1.550 euros.

 

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