El resultado de las elecciones generales del pasado domingo ha abierto ya un debate que a buen seguro protagonizará la legislatura que está por venir, el de la reforma de la ley electoral. Una demanda desde hace años de los partidos minoritarios al considerar que la Ley D?Hont es injusta.

Dos datos a priori parecen lógicos para justificar el cambio a una circunscripción única, que es la que se emplea para repartir los parlamentarios en las elecciones europeas. En España, Ciudadanos ha logrado medio millón de votos menos y ha perdido ocho diputados, pero Unidos Podemos, con un millón menos de votos, por tanto el doble de pérdida, mantiene su número de diputados. Y en Castilla y León, Ciudadanos, con doscientos mil votos, ha obtenido un diputado, mientras que el Partido Popular, con seiscientos mil, tres veces más, en cambio logra dieciocho diputados.

De aplicarse la circunscripción única a las elecciones generales españolas el reparto sería diferente y habría importantes sorpresas. Así, como puede apreciarse en el gráfico adjunto, el PP obtendría 119 diputados, dieciocho menos, mientras que Ciudadanos lograría 47, quince más. El PSOE bajaría a 81, cuatro menos, y Unidos Podemos subiría a 76, cinco más. 

Los nacionalistas quedarían más o menos igual, escaño arriba o abajo, pero el Partido Animalista (Pacma), entraría en el Congreso con cuatro diputados. Y es que, con la circunscripción provincial, el Partido Nacionalista Vasco tiene cinco diputados, pero el Pacma, con apenas dos mil votos menos en total, no ha logrado representación.

 

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