La Fundación Encuentro, que preside el salmantino José María Martín Patino, ha publicado el ?Informe España 2014?, en el que se refleja principalmente que la clase media es la gran perjudicada por la crisis económica, sobre todo por los recortes sociales que se han aplicado durante los últimos años. ?Estamos asistiendo a un aumento de la desigualdad y al empobrecimiento de muchas capas sociales que hasta ahora disfrutaban de un nivel aceptable de bienestar social y de condiciones materiales de vida dignas. Aunque podamos interpretar que la causa inmediata sea la crisis económica y otros factores coyunturales, todo apunta a que se está construyendo una nueva distribución de la estructura social. Las franjas de vulnerabilidad y precariedad aumentan. Muchas capas sociales están viendo como entran en una espiral de escasez?, recoge el estudio.

A su juicio, los elementos a tener en cuenta no son sólo materiales y económicos, como la renta o el poder de compra, también hay que considerar las vinculaciones sociales. ?El sentido de pertenencia, la cohesión social, la identidad ciudadana aparecen cuando se cumplen las funciones sociales y se cubren de modo efectivo las misiones y objetivos que atribuimos a la sociedad: la cobertura de las necesidades básicas y la posibilidad de construir un proyecto personal y colectivo satisfactorio?.

Por eso, la realidad de la quiebra o deterioro de las condiciones de vida de las clases medias, además de la económica, tiene una dimensión cultural, social y también política. ?Este grupo poblacional se considera clave en la estabilidad de los procesos democráticos, por su aspiración a la modernización y a un proyecto social equitativo, entendiendo la democracia como un sistema político capaz de garantizar a los ciudadanos de un corpus de derechos de carácter político, social, económico y cultural a partir de la mediación de las instituciones públicas. La pertenencia, la afiliación, aparece como parte del contrato social en el que el ejercicio de los derechos se convierte en parte de la finalidad de cualquier forma de gobierno. El riesgo de fractura social aumenta cuando la vulnerabilidad y la escasez toman cuerpo en grandes sectores sociales y lleva a la crisis y a la pérdida de legitimidad de las instituciones?.

Empobrecimiento de las familias

En el estudio se analiza cómo los hogares han visto que se reducía su renta media año a año desde 2009, provocando un empobrecimiento de las familias españolas. Entre 2008 y 2012, la renta media por hogar ha disminuido en 3.270 euros, un 10,9% (la diferencia, según la Encuesta de condiciones de vida anterior al 2013 sería algo menor, sobre un 8,7%). 

Si se considera toda la etapa desde la restauración de la democracia, se comprueba que desde 1978 hasta principios de los años noventa, los españoles vieron como aumentó el salario real y crecía su capacidad adquisitiva. Desde entonces, el resto de la década de los años noventa y hasta que comienza la crisis, el salario real se estanca o incluso disminuye. Al principio de la crisis, se produjo la paradoja de que subió puntualmente el salario real, pero se debió a un efecto meramente estadístico: los primeros despidos se produjeron en las franjas salariales más bajas, lo que hizo que las medias aumentasen artificialmente al conservarse en mayor medida los salarios más altos. Cuando el desempleo y las reducciones salariales se generalizaron, se produjo una importante disminución del salario real. 

Los que menos han sufrido la bajada de la renta en el período analizado son los unipersonales, donde ha aumentado en 93 euros. En general, los hogares cuya persona de referencia son hombres o mujeres de 45 a 64 años se han visto más afectados por la reducción de ingresos. El impacto de la crisis en los sectores de la construcción y las actividades económicas relacionadas con ella pueden explicar este hecho, ya que es un sector muy masculinizado. En el caso de los hogares encabezados por hombres, la reducción de la renta se da en todas las edades, aunque porcentualmente la mayor ha sido en los hogares cuya referencia son los menores de 29 años, lo que indica una tendencia importante: la juventud es una de las mayores afectadas por la crisis. La fácil incorporación al mercado de trabajo en puestos de baja cualificación, fundamentalmente en el sector de la construcción, puede estar detrás de este fenómeno. 

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