El 'Boletín Económico de Castilla y León' de Caja España-Duero recoge en su último número la situación de la economía regional y provincial, y la de su entorno nacional e internacional relativa al segundo trimestre de 2012. Un informe en el que se percibe que el oeste del oeste se consume entre los desequilibrios territoriales, con importantes diferentes dentro de la propia provincia de Salamanca.
 
El Indicador Sintético de Actividad, que utiliza variables de demanda y de empleo para recoger el ciclo de la economía no agraria, estima que las situaciones de las economías provinciales siguen siendo dispares, con tres provincias mostrando un tono cíclico que este trimestre se acelera por encima de la media (además de León y Palencia como en el trimestre anterior, ahora también Valladolid), mientras que en el lado opuesto Salamanca tiene el peor resultado con un retroceso de su indicador, Burgos se estanca, y Ávila, Segovia, Soria y Zamora avanzan pero por debajo de la media. Con respecto al mercado laboral, tres provincias (Soria, Palencia y Ávila) han registrado moderados incrementos interanuales del empleo y una (Salamanca) prácticamente lo ha mantenido, mientras que las cinco provincias restantes registraron caídas significativas que van desde el 4,4% de Burgos al 8,6% de Zamora y Segovia.
 
El oeste de la provincia es la zona más envejecida de España, con la mayor dispersión geográfica y municipios que apenas llegan a los cien habitantes. Entre grandes distancias, los servicios públicos se diluyen y las diferentes administraciones, en lugar de potenciar la inversión, la han reducido paulatinamente pese a promesas como el Plan del Oeste del Gobierno o el Plan de Carreteras de la Junta. 
 
Así, las infraestructuras muestran unas carreteras deterioradas, a lo que se une la práctica ausencia de conexión ferroviaria y unas telecomunicaciones deficientes, sin telefonía móvil al llegar a la frontera y sin poder sintonizar perfectamente todos los canales de televisión. En educación, el envejecimiento de la población repercute en ausencia de niños y, por tanto, concentración de colegios, debiendo desplazarse algunos menores decenas de kilómetros cada día para poder estudiar. Y en materia sanitaria, la eliminación de las guardias nocturnas en Barrueco pardo y Villarino de los Aires viene a poner de manifiesto la eliminación de servicios en una comarca donde, por ejemplo, hay municipios a más de una hora de distancia del hospital más cercano o a treinta kilómetros de una farmacia.

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