La coyuntura económica actual obliga a los ciudadanos a un ejercicio de contención en el gasto. Una de las partidas en las que resulta más factible reducir costes es en el consumo de combustible de los vehículos, ya que más de la mitad del gasto procede del carburante. Los precios del litro de gasolina y de gasóleo en España se han incrementado en relación al año pasado. Con estos niveles de precios, llenar un depósito medio de 55 litros, tanto de gasolina como de gasóleo, resulta más caro que hace un año. Cinco son los consejos para poder ahorrar combustible.
 
En primer lugar, buscar la gasolinera más barata. El Ministerio de Industria, en su página web, brinda el llamado geoportal, una aplicación de mapas con los que comparar los distintos precios de más de 9.000 puntos de suministro, según diversos criterios de búsqueda. Entre estos destacan las estaciones de servicio más económicas.

En segundo lugar, la puesta a punto y mantenimiento, pues el Instituto Nacional de Estadística indica que cada hogar podría ahorrar en el mantenimiento de su vehículo hasta 1.500 euros al año. Unas ruedas desinfladas, al igual que un filtro de aire sucio, aumentan un 6% el gasto, además de recortar su duración y afectar a la seguridad, tal como indica el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Cargar el vehículo con pesos innecesarios, ya sea en el maletero o en la baca, lastra el movimiento e incide en la aerodinámica, con el consecuente incremento del consumo. Por cada 100 kilogramos de peso adicional, el automóvil gasta un 5% más de carburante. 

En tercer lugar, practicar una conducción eficiente. Zl margen de disminuir el riesgo de accidentes y rebajar ostensiblemente los niveles de contaminación, permite un ahorro medio, según diversos estudios, de hasta 500 euros anuales. El mero hecho de poner el coche en funcionamiento ya consume energía, pero el motor requiere menos carburante cuando se arranca sin acelerar. En el frenado debe aprovecharse la inercia del coche en la marcha adecuada. El empleo del embrague debe limitarse a los momentos en los que el coche comience a calarse. Circular con las marchas más largas posibles y mantener el motor a bajas revoluciones, con un ritmo fluido y uniforme o evitar arrancar bruscamente puede ahorrar hasta el 15% del combustible, según el RACC. 

Moderar la velocidad es básico, pasar de 100 a 120 kilómetros por hora aumenta un 44% el consumo de carburante y, según la Dirección General de Tráfico (DGT), subir de 120 a 140 kilómetros por hora implica un aumento de hasta un 20% en el consumo. Apagar el motor en paradas de más de un minuto supone un ahorro medio de 150 euros anuales (en punto muerto el consumo aproximado es de medio litro de carburante por hora). Utilizar la ventilación del automóvil en lugar del aire acondicionado, ya que un uso descontrolado del mismo aumenta el consumo hasta un 20%. Circular con las ventanillas subidas. A más de 100 kilómetros por hora el gasto se eleva un 5%. Mantener una distancia de seguridad en carretera que optimice la energía empleada posibilita un ahorro de entre un 10% y un 15%.  

En cuarto lugar, usar tarjetas y cupones de descuento, que permiten un ahorro de carburante de entre un 1% y un 5% en cada repostaje. Pero antes de decidirnos por una de ellas hay varios factores que tener en cuenta, como la duración del descuento, el coste de la tarjeta o sus límites de descuento. 

 
Finalmente, están los usos alternativos. Conviene optimizar los viajes, buscar compañeros con quienes compartir trayecto y gastos (el denominado 'car sharing' es frecuente en las redes sociales), optar por otros medios para viajar -como la bicicleta o los transportes públicos- o, incluso, caminar cuando las distancias sean reducidas. 

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