Los cursos de formación están subvencionados por el Estado y la Unión Europea para mejorar las habilidades profesionales de los trabajadores y también para formar a parados para que encuentren un nuevo trabajo. España destina aproximadamente 2.200 millones de euros a estos cursillos cada año, dinero gestionado por los servicios públicos de empleo de cada comunidad autónoma, que a su vez lo reparten entre sindicatos y patronal. Por tanto, es un dinero que básicamente gestionan estos últimos.

Cada entidad convoca sus cursos con el presupuesto que se le asigna, cursos que organizan las empresas y que luego se deducen de sus aportaciones a la Seguridad Social. Es ahí, en esa especie de subcontratación, donde se puede perder el rastro, pues sindicatos y patronal justifican a quién han destinado el dinero, pero no cómo se ha empleado. La Administración realiza controles aleatorios sobre estos cursos y posteriormente de forma documental el cien por cien, pero a un ritmo muy lento por falta de personal.

El plan de Formación y Orientación para Desempleados (FOD) para 2013 ha formado a un total de 2.280 desempleados de Salamanca en todo tipo de especialidades: administración y gestión, actividades físico-deportivas, agraria, artes gráficas, comercio y marketing, energía y agua, electricidad y electrónica, edificación y obra civil, fabricación mecánica, hostelería y turismo, informática y comunicaciones, imagen personal, instalación y mantenimiento, industrias alimentarias, madera y mueble, sanidad, seguridad y medio ambiente, servicios sociales y a la comunidad, textil y piel, y transporte y mantenimiento de vehículos.

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