El envejecimiento es el rasgo caracterizador que hace destacar sobremanera a Castilla y León en el contexto nacional. Se trata de un cambio profundo en la estructura poblacional, generalizada en el todo el territorio y sobre todo en el medio rural, donde la situación se puede calificar de extrema, pues el porcentaje de octogenarios es superior a la media regional y duplica al registrado en los núcleos urbanos; y además es un proceso afectado por la continuidad temporal.
 
Así lo recoge un informe del Consejo Económico y Social (CES), en el que se ve en la geriatría un yacimiento contra la crisis, apostando por esta salida como una forma de generar empleo estable y de calidad debido a que la región es la más envejecida del país, sobre todo la zona oeste de la provincia de Salamanca, al mismo tiempo que se garantiza el bienestar social de una población cada vez más envejecida y dependiente.
 
En efecto. Estableciendo un corte vertical en el meridiano que une Vitigudino con Ciudad Rodrigo, con un total de 84 municipios hasta la frontera con Portugal, la mitad de los habitantes de esta zona tiene ya más de 65 años. Salvo las dos cabeceras de comarca y Fuentes de Oñoro, casi todos estos pueblos poseen una alta tasa de envejecimiento, por encima del 40 por ciento. 
 
A juicio del CES, los procesos de revitalización demográfica, tanto en Castilla y León como a nivel nacional, han sido leves, y resultan insuficientes para revertir una situación con la que hay que contar y a la que hay que adaptarse porque tiende a consolidarse, y porque van mejorando las expectativas de vida de este colectivo. Así, las enfermedades o problemas que con mayor frecuencia se presentan en las personas mayores de Castilla y León son la artrosis, artritis o reumatismo, hipertensión arterial e hipercolesterolemia.
 
Considera el Consejo Económico y Social que las medidas y acciones concretas, cuyo fin sea evitar la despoblación que se está produciendo, deben adoptarse desde una perspectiva integral y adecuadamente territorializada. Además, estima necesario intensificar las actuaciones para evitar la pérdida de efectivos demográficos, y las medidas para captar nuevos residentes, que aporten una vitalidad social, económica y demográfica muy necesaria para Castilla y León.
 
Por eso, el CES considera oportuno que se lleve a cabo todo un cambio de mentalidad en la ciudadanía, que debe aprovechar los rasgos demográficos de Castilla y León, no como un obstáculo, sino como una potencialidad de futuro para esta Comunidad Autónoma. "Si el envejecimiento se conforma como una realidad tan profunda como ineludible, se impone hacer de la necesidad virtud, de manera que pueda ser provechosa para la sociedad", explica el informe.
 
Proporcionar servicios globales
 
En cuanto a la promoción de la salud mental, el CES considera necesario proporcionar servicios globales de salud mental para las personas que están envejeciendo, que abarque servicios de tratamiento para enfermedades mentales, rehabilitación, etcétera, así como proporcionar asistencia de calidad a las personas mayores con demencia y otros problemas neurológicos y cognoscitivos en sus hogares y en residencias cuando sea apropiado.
 
En este contexto, "se perfila como una medida imprescindible, así como la ampliación de personal especialista en campos como la geriatría y gerontología". A juicio del CES, "este fomento de la prestación de servicios, es importante, porque impulsaría la creación de empleo, la profesionalización de los servicios y la garantía de calidad, cobertura y acceso, así como la solución del grave problema de género que conlleva la atención a la dependencia".

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