El informe 'Cuatro años de reforma laboral: evolución del empleo, la contratación, los despidos,  la negociación colectiva y los salarios ", elaborado por la Unión General de Trabajadores (UGT), alerta de dos de las principales consecuencias negativas que se están produciendo.

"Lo que se está comprobando en la fase actual es que el verdadero efecto de la crisis en el mercado de trabajo va más allá del desempleo, afectando a la calidad del empleo y a las condiciones de trabajo de los que aún mantienen su empleo y de aquéllos que están siendo contratados en la fase de recuperación. Una cuestión que se materializa en mayor precariedad, abarcando más temporalidad, peores jornadas, trabajos menos cualificados y salarios más bajos", explica el estudio.  

Así, a la tradicional temporalidad se ha unido en la última parte de la crisis, impulsada por la reforma laboral, la contratación a tiempo parcial, sobre todo de carácter involuntario. "La parcialidad definitivamente se consolida como un elemento estructural más de nuestro mercado de trabajo que permite obtener mejores ritmos de creación de empleo. Así, la tendencia se está consolidando, con picos de parcialidad cada vez más altos", afirma el informe.

Para justificar esta afirmación, alude a que la tasa de empleo a jornada parcial ha crecido 2,2 puntos entre finales de 2011 y de 2015, hasta un 15%, mientras la de temporalidad involuntaria ha ascendido siete puntos, logrando llegar casi al 62%.  

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