Muchas de las necesidades y actividades humanas cotidianas dependen en gran medida del agua y asuntos como el desarrollo socioeconómico y la reducción de la pobreza giran en torno a este elemento. Una correcta gestión del agua es esencial a la par que difícil debido a algunas de sus características, como su distribución desigual en el tiempo y el espacio o el complejo ciclo hidrológico. El 22 de marzo está designado por Naciones Unidas como Día Mundial del Agua y se celebra cada año para recordar la importancia de este bien natural y defender una gestión sostenible, pero además 2013 es el Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua.
 
Muchos son los factores que amenazan este recurso, como la acelerada urbanización, la contaminación o el cambio climático. Aún así, la demanda de este bien va en aumento, puesto que va acorde a un volumen de población mundial de mas de 7.000 millones de persona. El agua debe satisfacer, entre otras, sus necesidades de producción de alimentos o de energía. Este bien común y su gestión debe invitar a cooperar ante la veriedad de intereses en conflicto.
 
En el marco del Año Internacional, la cooperación se presenta como acción esencial para lograr un equilibrio entre necesidades y prioridades diferentes e implica una difusión a nivel interdisciplinario donde convergen factores culturales, educativos y científicos, según Naciones Unidas. En concreto, la UNESCO se encarga de liderar la propuesta debido a su óptima organización en el ámbito de las Ciencias Naturales, la cultura, la educación y su contribución significativa en la gestión de recursos de agua dulce del mundo.
 
Manuel García Roig, director del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Agua (CIDTA) de la Universidad de Salamanca asegura que, ante la escasez de agua, el principal problema es poner de acuerdo a diversos actores, desde gobernantes a empresas. "El agua dulce es necesaria para la vida y la Humanidad no prosperará sin la cooperación relacionada con el agua", afirma en declaraciones a DiCYT (www.dicyt.com).
 
Los esfuerzos que se lleven a cabo a lo largo de este año tanto a nivel local, regional, nacional como internacional serán cruciales para concienciar a la población y promover el diálogo entre los actores así como fomentar la cooperación hídrica.
 
Distribución del agua
 
El experto del CIDTA asegura que en España, concretamente en zonas como Almería y Murcia, hay una gran escasez de agua debido a su agricultura intensiva. Entre el 75 y el 80% de todo el agua dulce del planeta la consumen los agricultores", afirma. Por el contrario, en el Norte de la Península, el río Ebro, el más caudaloso de España, “tira muchísima agua dulce al mar”, comenta el director de CIDTA. Por eso, la solución que propone es la construcción de infraestructuras que permitan los trasvases de Norte a Sur para compensar la cantidad de agua de las comunidades autónomas y hacerla llegar a las zonas más secas.
 
A nivel mundial, la cultura del agua es bastante pobre, lo que dificultará la necesidad de concienciar a la población de la escasez de este recurso a pesar de que el porcentaje de agua dulce con respecto al total del agua del planeta está entre el 2% y el 3% y gran parte se encuentra en forma de hielo en los polos.
 
Por otra parte, García Roig explica que la producción de alimentos deja una gran huella hídrica, que es la cantidad de agua necesaria para producir un bien de consumo. Este fue el mensaje del año pasado, pero sigue siendo importante, ya que 7.000 millones de habitantes en el planeta, y otros 2000 millones que se unirán en 2050, complican la tarea de alimentar a la población.
 
Intercambiar datos científicos
 
Sin agua no hay vida y el ser humano la necesita y la consume a diario sin pensar en que los recursos hídricos del planeta son cada vez más limitados. Recursos cuya demanda aumenta con el incesante crecimiento de población, de industrias o de agricultura, actividades que dependen enteramente del agua. Sólo mediante la cooperación, que adopta infinidad de formas, como el diálogo entre fronteras para gestionar acuíferos subterráneos, el intercambio de datos científicos o la construcción de pozos en zonas rurales,  se podrá tener éxito o mejoras en el futuro en relación al agua.

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