Los principales objetivos del cortometraje, en el que se ha realizado un casting, preparado un guion y elegido distintos escenarios, es principalmente, que los chicos lo pasen bien, además de mostrar lo que puede ser un día en la vida de cualquier persona con discapacidad intelectual. Así una de las participantes, Susana Elices, decía que “me ha gustado mucho la experiencia y me gustaría volver a hacer algo así”. También respecto al día a día en la Fundación, “está muy contenta y lo que más le gusta es jugar al baloncesto”.
Todos los actores son jóvenes con discapacidad intelectual y la experiencia está resultando satisfactoria ya que todos están muy motivados y quieren repetir en ocasiones venideras. Respecto a ello, Benavente comentaba que “se estudiará realizar más proyectos de este tipo”
La Fundación además de cumplir con los objetivos generales, desde hace años, trabaja con un grupo de jóvenes con discapacidad intelectual con diferentes talleres y actividades orientadas a mejorar la calidad de vida, la autonomía personal y social, y la formación para el acceso al mundo laboral. El corto será presentando a distintos concursos, esperando desde la Fundación que el resultado final sea capaz de reflejar todo el trabajo y la ilusión que han puesto en el proyecto.
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