La desafección ciudadana hacia los dos grandes partidos políticos de España crece a medida que avanza la crisis. Aumenta a un ritmo acelerado, hasta el punto de que sólo una tercera parte de los españoles mantienen su apoyo en PP y PSOE. Esta pérdida de confianza se plasma en la evolución de los barómetros que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha realizado en el último año y ha encendido las alarmas entre los expertos más cercanos al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
 
El último barómetro del CIS con intención de voto, correspondiente al pasado mes de octubre, reflejó que apenas el 16,1% de los ciudadanos está convencido actualmente de votar al Partido Popular, si se repitieran las elecciones generales. El PSOE tendría la fidelidad del 17,6%. Entre los dos grandes partidos apenas suman el voto directo del 33,7% de los encuestados. La cifra ha descendido drásticamente a lo largo del último año y medio. En julio de 2011 acumulaban el 55,2%; en noviembre de 2011, el 48,4%; en enero de 2012, el 48,7%; en abril de 2012, el 44,8%; en julio de 2012, el 35,3%; y ahora el 33,7%.
 
Se da la circunstancia de que, en la respuesta expresa de los encuestados, hay ya más españoles que afirman tajantemente que se abstendrían (18,8%) que los que están dispuestos a votar al PP (16,1%) o al PSOE (17,6%). No se trata de un dato nuevo o circunstancial, sino que empieza a convertirse en algo habitual. En julio de 2012 ya eran muchos más los abstencionistas (22,3%) que los partidarios de PP (18,2%) o PSOE (17,1%). Ahora ha vuelto a repetirse la tendencia, con la consiguiente preocupación de los expertos.

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