Este producto de ahorro ofrece una rentabilidad superior a los depósitos y ya funciona con éxito en países como Estados Unidos y Reino Unido. En Internet existen plataformas que, a cambio de una comisión del 1%, actúan como intermediarios y ponen en contacto a personas que solicitan préstamos al consumo con otras que buscan obtener una mayor rentabilidad por su dinero.
Estas plataformas tienen rigurosas políticas de riesgos idénticas a los bancos y sólo aprueban operaciones a personas solventes, con el fin de evitar problemas de impagos y el descontento de los inversores. Otra de las diferencias con los depósitos estriba en que en este producto no se recupera el capital hasta el vencimiento, en tanto que en los préstamos entre personas el inversor recibe todos los meses una cantidad fija (capital e intereses).
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