El paro de larga duración supone todavía un importante lastre en la sociedad, pues afecta a mayores de 45 años que no han vuelto a encontrar un puesto de trabajo, ni siquiera temporal, desde hace más de dos años. Así, las prestaciones por desempleo y subsidios se van agotando y los parados deben acudir a sus planes de pensiones para poder sobrevivir. Desde el inicio de la crisis se ha multiplicado por veinte esta cantidad, según datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco).
Según explica, actualmente la legislación permite rescatar el plan de pensiones en caso de enfermedad grave o ausencia de ingresos laborales por paro prolongado. Cuentan con un trato fiscal favorable, ya que permiten descontar de la base imponible de un trabajador las aportaciones realizadas con un tope de 10.000 euros como norma general o 12.500 para los mayores de 50 años. Así, al realizar la declaración de la renta, Hacienda devuelve un porcentaje de las aportaciones al contribuyente.
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