Aunque los padres consideran que sus hijos se lavan las manos algo más de tres veces al día, los encuestados consideran que es una cantidad insuficiente y que se deberían lavarse con más frecuencia, cuatro veces por lo menos.
Lo mismo ocurre con la higiene bucal, aunque los padres aseguran que la asiduidad con la que sus hijos se lavan los dientes ronda las dos veces diarias, las consideran escasas y creen que lo óptimo sería lavarse los dientes tres veces al día.
Una correcta higiene y lavado de manos reduce entre un 30 y un 50% el riesgo de contraer infecciones de unas personas a otras. Enseñar a los niños a cuidar su higiene personal es una parte esencial de la educación, por lo que tanto en casa como en la escuela es fundamental establecer hábitos higiénicos adecuados.
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