El cuidador no profesional supone hasta un 70% del coste anual de la insuficiencia cardíaca crónica

 El cuidador no profesional supone hasta un 70% del coste anual de la insuficiencia cardíaca crónica
El cuidador no profesional supone hasta un 70% del coste anual de la insuficiencia cardíaca crónica
Un artículo publicado recientemente en Revista Española de Cardiología concluye que la figura del cuidador no profesional (habitualmente esposa/esposo o pareja) representa al año entre 7.772 y 12.870  euros, el mayor porcentaje del gasto anual ocasionado por el tratamiento de pacientes con insuficiencia cardiaca crónica sintomática (ICC).
 
Ésta es una de las patologías más prevalentes en la población cardiópata y representa una gran parte del coste anual sanitario, además de suponer la primera causa de ingreso hospitalario en España, con cerca de 750.000 estancias hospitalarias anuales. La investigación analizó a un total de 465 pacientes con ICC para contabilizar los costes anuales sanitarios y no sanitarios asociados, y establece que la mayor partida en el tratamiento de esta enfermedad sería la destinada al cuidador no profesional entre 7.772 y 12.870 euros anuales (59%-69%), seguido del coste sanitario medio con 4.860 euros (26%-37%) y los cuidados profesionales, que suponen entre 451 y 636 euros (3%).
 
El doctor Juan Francisco Delgado, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y uno de los autores del trabajo, explica que “la novedad del presente estudio es la evaluación de costes desde una perspectiva social y no sólo sanitaria. Es cierto que el cuidador no profesional no recibe esa cuantía económica, pero como miembros de una sociedad debemos ser conscientes de la sobrecarga personal que el cuidado de estos pacientes ocasiona. Además, debemos tener en cuenta la gravedad de la enfermedad, ya que el coste podría duplicarse en los enfermos mas graves”. De la misma manera que un paciente ingresado en más de una ocasión supone un coste mayor que aquel que haya sido hospitalizado una sola vez, los pacientes con una ICC más avanzada incrementan los costes anuales respecto a los pacientes más leves, tanto a nivel sanitario como de cuidado no profesional, lo que representa un aumento diferencial del 44%.
 
Asimismo, el doctor Delgado cree que la situación todavía es más grave debido al hecho de que, “el gasto sanitario y no sanitario evaluado en este estudio se realiza en una población relativamente joven. Los datos epidemiológicos señalan que la edad media de presentación de la enfermedad es más avanzada, lo que evidencia que la carga para los cuidadores informales debe ser aún mayor en la población más anciana”.
 
Situación en España
 
Sobre la situación en España, “no existe un modelo asistencial cardiológico uniforme a la insuficiencia cardiaca crónica y por ello, los centros sanitarios generan modelos adaptados a sus disponibilidades. La atención a esta patología debe ser multidisciplinar, liderada por el servicio de cardiología pero con una implicación necesaria de especialistas en medicina interna y médicos de urgencias. Algunos centros disponen de hospitales de día, habitualmente con soporte de enfermería, que atienden la enfermedad, prescriben tratamiento adecuado, orientan al paciente sobre su autocuidado y cuentan con la revisión de un especialista que controla la medicación para aliviar los síntomas de la insuficiencia cardiaca crónica, evitando ingresos hospitalarios, mejorando la capacidad funcional del paciente y en consecuencia, optimizando su calidad de vida”, explica el doctor.
 
“Para poder controlar cualquier posible agudización de la insuficiencia cardiaca crónica, no hay duda de que una actuación precoz y preventiva en el paciente y una optimización del tratamiento médico en los pacientes con un estado más avanzado de la enfermedad va a incidir positivamente tanto en el coste sanitario como en el coste social. Asimismo, en este estudio se persigue reconocer el papel del cuidador como figura esencial en la atención de estos pacientes y su coste social debe tenerse en cuenta, ya que la responsabilidad que acarrean los cuidadores conlleva problemas en su salud, de su vida profesional, su ocio o su vida familiar”, concluye el doctor Juan Francisco Delgado.
 
La insuficiencia cardíaca, una enfermedad que sigue aumentando
 
La insuficiencia cardíaca (IC) es la incapacidad del corazón para bombear la cantidad de sangre suficiente que necesita el organismo. Los síntomas de IC no son siempre fáciles de detectar ya que algunas personas no presentan ningún indicio y en otros casos los síntomas se pueden confundir con los propios de la edad, como fatiga, edemas en los pies y en las piernas, dificultades respiratorias, confusión y falta de memoria, abdomen hinchado o pérdida de apetito.
 
En España la prevalencia de la IC es elevada, en torno al 6,8% de la población de más de 45 años la sufre, según el estudio PRICE. Esta incidencia, presente de manera similar en ambos sexos, aumenta significativamente con la edad, llegando a incrementarse en un 16% en los mayores de 75 años.
 
A pesar de los avances en el campo cardiológico, la supervivencia de los pacientes con ICC se sitúa alrededor de un 50% a los cinco años de diagnóstico. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística demuestran que las muertes por IC representaron el 15,11% del total de defunciones en 2012 por causa cardiovascular, lo que la sitúa como la tercera causa de muerte por afecciones cardiacas.
 
Según datos de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) en 2012, aproximadamente entre un 1% y un 2% de la población adulta de los países desarrollados padece IC, una patología que podría aumentar en un 25% para el 2030, debido al envejecimiento de la población y el aumento de los factores de riesgo. En concreto para España, se estima que la IC seguirá creciendo con un diagnóstico de más de 145.000 casos por año en 2020.

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