El séptimo Informe del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas constata principalmente situaciones y hechos que nos interpelan sobre un cambio social que, más allá de la coyuntura de la crisis, están suponiendo la consolidación de una nueva estructura social. De ahí el título del informe y la necesidad de profundizar en esta transformación estructural.
 
Los Servicios de Acogida y Asistencia de Cáritas son las principales puertas de entrada a cualquier intervención social realizada por la institución. Son los lugares donde las personas reciben las primeras respuestas de acogida y acompañamiento, mayoritariamente parroquias.
 
Desde que se inició la crisis, casi se ha triplicado el número de personas atendidas en cuatro años. Ahora bien, en los últimos años, casi la mitad de las Cáritas Diocesanas empiezan a mostrar los primeros síntomas de ralentización del crecimiento en el número de personas atendidas en nuestros Servicios de Acogida y Asistencia. Los dos motivos fundamentales se encuentran en “la incapacidad de asumir más demandas” por parte de las Cáritas y en la “opción por la calidad en la atención frente a la cantidad”, priorizando las situaciones más graves.
 
Las causas siguen siendo principalmente las múltiples consecuencias de un proceso sostenido de destrucción de empleo que reduce drásticamente las posibilidades de ingresos económicos suficientes en numerosos hogares, especialmente para hacer frente a grandes endeudamientos. A este proceso hay que añadir la consolidación de la reducción y el agotamiento de las ayudas de protección social. La sociedad española presenta un modelo de integración precaria que, desde los años ochenta, se ha venido deteriorando progresivamente.

A la vez ha quedado patente la insuficiencia y la reducción de la capacidad protectora del sistema público. La exclusión social, la pobreza y la vulnerabilidad son fenómenos estructurales que hoy, a consecuencia de la crisis, se hacen especialmente visibles; pero el proceso de deterioro progresivo de los derechos y de la protección social, especialmente para los más desfavorecidos, no es algo nuevo. De esta manera, la evolución de las solicitudes de ayuda a Cáritas no es un asunto pasajero ni coyuntural, sino que expresa la consolidación de una estructura social en la que un número elevado de personas y familias han quedado sin esperanza en su proyecto vital.

 
El perfil de las personas atendidas en Cáritas
 
Las mujeres siguen siendo el rostro más visible de las situaciones de pobreza y exclusión a través de la demanda de ayuda en Cáritas, jugando un papel crucial en la búsqueda de posibilidades de transformación de su realidad. Destacamos el elevado número de desempleados que han pasado de ser “recientes” -al inicio de la crisis-, a ser de larga duración en este momento de consolidación de la estructura. Numerosas parejas jóvenes (de 20 a 40 años de edad) con hijos se han visto muy afectadas, así como mujeres solas con familiares a cargo. 
 
Las parejas con hijos suponen el 40% y las familias monoparentales un 18%, según la base de datos de Cáritas (MIS). Para mostrar las características de las personas acogidas en Cáritas vamos a recorrer algunas de las variables sociales y demográficas más relevantes y a compararlas con la población total española, de manera que podamos hacernos una idea de qué rasgos configuran el mundo de la pobreza y de la exclusión.
 
Las características que más han aumentado con la crisis
 
Preguntados cuáles son los perfiles sociales que más han aumentado en las personas atendidas por primera vez en los Servicios de Acogida y Asistencia en 2011 para identificar las características principales de las personas “nuevas” que solicitan ayuda en la organización. El resultado de este análisis (contrastado con la base de datos del MIS), nos muestra que han aumentado sobre todo las personas: de nacionalidad española y extracomunitarias en irregularidad sobrevenida; en riesgo de perder su vivienda; las parejas con hijos, y en menor medida personas solas y familias monoparentales, los jóvenes adultos con una edad de 30 a 44 años; y las personas sin ingresos o con Rentas Básicas o Mínimas.
 
La situación económica de las personas
 
La media de ingresos de las personas atendidas en Cáritas es de 322 € al mes, (3.864 € al año) (MIS), mientras que el umbral de la pobreza está actualmente en 651,5 € al mes para una persona. Por comparar la diferencia con la población total en España la renta disponible por habitante en valor real es de 1.262 € al mes en el 2010 (15.149 € al año) (ECV), cuatro veces más.
 
Un tercio de las personas atendidas en Cáritas está sin ingresos cuando en el total de la población española la proporción de hogares sin ingresos es del 3,35%. Al considerar las fuentes de ingresos en las personas pobres que acuden a Cáritas, el 22% tiene ingresos por trabajo (precario, economía sumergida), un 21% tienen ingresos de la Seguridad Social contributiva, un 14% de la Seguridad Social no contributiva y un 8% de Rentas Mínimas o Básicas. En la población española la proporción de los ingresos procedentes del trabajo es la más elevada (38,5% según la EPA de enero de 2011), seguida de la Seguridad Social contributiva (16,8%).

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