El sector del transporte en España empieza el año como lo terminó, con malas noticias. Al peaje que ahora deben soportar para circular por las autovías de Portugal, unido a la crisis del sector, se suma desde el pasado 1 de enero la supresión de la subvención de los 2,8 céntimos por litro que recibían los transportistas de la Agencia Tributaria por el gasóleo profesional.
 
Lo que se denomina gasóleo profesional no es un tipo de combustible distinto físicamente al resto de carburantes, como pueden ser los gasóleos agrícola o de calefacción, sino que se trata de un mecanismo de ayuda para los transportistas implantado hace un par de años. Éstos, cuando echan gasóleo a su camión, pagan el precio que figura en el surtidor y después, cada trimestre, la Agencia Tributaria, en la que previamente se han dado de alta, les devuelve a una cuenta bancaria los mencionados 0,028 euros por litro consumido, con un límite de 50.000 litros al año para los camiones de más de 7,5 toneladas de peso máximo autorizado y los autocares, y de 5.000 litros para los taxis. Es decir, cada transportista podía recibir hasta 1.400 euros al año.
 
Sin embargo, la directiva 2003/96 de la Unión Europea sobre la nueva fiscalidad de los carburantes y de la electricidad obliga a España a incrementar el tipo impositivo del gasóleo para uso profesional en 0,028 euros por litro, lo que supone 330 euros por cada 1.000 litros, casi el mismo que el gasóleo que utilizan los particulares. La diferencia es de tan solo un euro por cada 1.000 litros.

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