La deuda de Castilla y León se mantuvo en 2011 en el 9,4 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y se situó como la sexta más baja del conjunto del Estado, por detrás de Madrid (7,9 por ciento), País Vasco (8,1 por ciento), Canarias (8,8 por ciento), Asturias (9,1 por ciento) y Cantabria (9,3). No obstante, el volumen de la deuda autonómica, que ascendió a 5.476 millones, creció entre octubre y diciembre un 7,58 por ciento, respecto al tercer trimestre del pasado ejercicio, y un 27,23 por ciento, en relación al cuarto de 2010, según datos del Banco de España. 

De acuerdo con el balance que hizo hoy público el Banco de España, a 31 de diciembre de 2011 el endeudamiento del conjunto de las comunidades autónomas ascendía a 140.083 millones, de los que 5.476 eran atribuibles a Castilla y León. Respecto a la situación de las empresas públicas que no computan a efectos del Sistema Europeo de Cuentas (SEC), en la región su endeudamiento era de 410 millones de euros al finalizar el año pasado, cantidad que continúa representando el 0,7 por ciento del PIB y que, según la Consejería de Hacienda, está “en consonancia con el escaso tamaño del sector público” de la Comunidad, que se reducirá todavía más en los próximos meses como consecuencia del Plan de Reestructuración que ha puesto en marcha la Junta.
 
La suma de la deuda viva de la parte de la Administración autonómica que contabiliza el SEC y la que no se incluye dentro de este ámbito da como resultado un endeudamiento global del sector público regional de 5.886 millones de euros hasta diciembre, el 3,8 por ciento de los 153.953 millones registrados en el conjunto de España. 
 
Por otra parte, la cartera de deuda regional está concertada en moneda euro en su totalidad, por lo que no existen riesgos asociados a las fluctuaciones del tipo de cambio. Además, por lo que se refiere a los instrumentos de financiación, su estructura se ha ido adaptando a las demandas del mercado. Así, a 31 de diciembre el 23 por ciento eran emisiones de deuda, en torno al 66 por ciento créditos y casi el 11 por ciento se articulaba a través de préstamos tipo Schuldschein, suscritos por inversores alemanes especializados. 
 
También es destacable que el mayor peso de la financiación es a largo plazo (96 por ciento), lo que limita los riesgos de refinanciación, y que está muy ponderada la distribución geográfica de los prestamistas puesto que el 62 por ciento del endeudamiento regional está contraído con entidades financieras nacionales y el 38 por ciento con firmas extranjeras. Entre estas últimas destaca el Banco Europeo de Inversiones, que se mantiene como principal prestamista de la Comunidad.

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