La devolución de parte de la paga extraordinaria a los empleados públicos que fue suprimida durante la Navidad del año 2012 supone no sólo la recuperación de un derecho por parte de estos trabajadores, sino que también tendrá su incidencia sobre la economía de Salamanca. Así, las administraciones inyectarán unos treinta millones de euros en los bolsillos de las familias para poder gastar estas navidades.
La provincia charra cuenta actualmente con unos 23.800 empleados públicos entre funcionarios del Estado, de la Junta de Castilla y León (administración general, educación y sanidad) y personal de los ayuntamientos. Antes de final de año los trabajadores de la Junta de Castilla y León recibirán el 50% del dinero que se les adeuda. Los empleados públicos del Estado y los ayuntamientos también recibirán una parte de la paga extra suprimida por el Gobierno.
Hace tres años se comprimió el consumo con menos compras, menos regalos de Navidad y menos empresas. Entonces los cálculos apuntaban a unos 80 millones de euros que dejaron de moverse en la economía salmantina. Ahora, hostelería y comercio esperan que se reactive el movimiento de dinero hasta final de año. Así, teniendo en cuenta que la cantidad a devolver es la mitad que la entonces suprimida y que hay un millar de empleados públicos menos, los cálculos apuntan a unos treinta millones de euros.
Y es que en un sistema capitalista, el movimiento de dinero es fundamental. Se trata de miles de familias salmantinas, donde al menos hay algún docente de colegio, instituto o Universidad, un médico o enfermera, un celador, conserje o administrativo, entre otros, que podrán gastar más en tiendas, bares y restaurantes. Negocios que a su vez dispondrán de más dinero para consumir en otros servicios, y así la cadena del dinero, con una misma moneda, reactivará la economía salmantina.
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