Si alguien que conoce bien no sólo los rincones de la Catedral Nueva, sus entrañas, sino también las partes más recónditas allá donde sólo los señores del aire osan posar, ése es Ángel Rufino de Haro, ‘El Mariquelo’. Cada 31 de octubre sube hasta lo alto del templo para revisar la oscilación de la cúpula con motivo del devastador terremoto de Lisboa en 1755, dando gracias también porque que aquella desgracia no causara heridos ni fallecimientos en Salamanca, donde también se dejó sentir. Una tradición recuperada por Ángel y para la que este año, con motivo del quinto centenario de la Catedral Nueva, tiene pensado algo especial.
 
“Es una vivencia increíble, dominar la Catedral es aunar la ilusión, el esfuerzo y el amor a este monumento. Es algo que va más allá del sentimiento”, explica en declaraciones a SALAMANCA24HORAS. “Son quinientos años, que se dice pronto, por eso subir cada año a lo alto de la Catedral es algo único e inconmensurable, poder pedir por amigos y enfermos desde allí arriba”.
 
En la soledad de las alturas, pero con la compañía del apoyo de miles de personas, “se percibe la inmensidad de esta ciudad, la maravillosa Plaza Mayor, la Peña de Francia, el río Tormes, no se puede describir con palabras, hay que estar allá arriba”. Un sentimiento que intenta transmitir en cada uno de sus viajes a través del mundo, difundiendo la cultura charra. “He tocado rock and roll en Estados Unidos y rancheras en México con la gaita y el tamboril”, bromea.
 
Ahora, Ángel Rufino de Haro trabaja en un nuevo proyecto, Two Folk Mariquelo, un grupo que conjuga la música tradicional charra con música clásica y moderna en compañía de Sergio Fuentes y Juan Francisco Aranda. Su presentación en sociedad tendrá lugar el próximo 21 de mayo en El Savor.

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