El curso escolar quedó atrás y muchos padres aprovechan los primeros días de julio para ir dejando todo listo para septiembre. Es el momento de realizar la compra de los libros… y este año más que nunca esa compra va a suponer un importante esfuerzo para los hogares. No sólo porque las economías familiares están en horas bajas por los duros efectos de la crisis, sino también porque varias Comunidades Autónomas donde no se pagaban los libros de texto, normalmente mediante un sistema de préstamos, han eliminado esto o están limitando mucho el presupuesto; y en otras donde había un sistema de becas también hay dudas sobre su futuro.

El caso es que, un año más, hay que plantearse dónde comprar los libros. Algunos padres tienen la decisión tomada y optan por aprovechar las facilidades que les ofrecen el colegio o la asociación de padres. Otros muchos dan prioridad a la proximidad de la librería de barrio que, con un trato personalizado se esfuerzan por garantizar que todos los libros estén disponibles lo antes posible y sin errores, ya que suelen conocer bien los libros demandados por los colegios más próximos. Sin embargo también son muchos los padres que dan prioridad al precio de los libros de texto. La compra de éstos supone un esfuerzo muy importante, que se acumula en una época de fuertes gastos (ya sea el verano o la vuelta al cole en septiembre) y cualquier ahorro o facilidad en la financiación son bienvenidos.

No es posible tomar la decisión de dónde comprar los libros de texto con información real de sus precios. Los libros de texto, a diferencia del resto de libros, no tienen precio fijo (sobre que el que se aplican o no descuentos). Cada establecimiento puede fijar el precio que desee. L a única limitación para reducir precios es la prohibición genérica que hay para todo tipo de productos de que no puede venderse a pérdidas (por debajo del precio de compra).

Y aunque las librerías pueden informar al momento del precio de los libros que le van a vender, esto no ocurre cuando se trata de grandes superficies. En estos casos la figura que se utiliza es la reserva de libros sin que exista la posibilidad de conocer de antemano los precios. A lo sumo se conocen los "argumentos" de venta utilizados por estas superficies.

 
Consejos
 
Cuando se hace la reserva en una gran superficie, se realiza a ciegas: no se sabe lo que cuestan hasta que no se compra. En ocasiones los padres no saben cómo va su pedido. No siempre hay un sistema de seguimiento y correos o SMS de confirmación que facilite el control del estado de la reserva. En nuestra prueba Carrefour destaca sobre el resto en estos aspectos tanto por el sistema de reserva (carga de los libros en la solicitud) como por el seguimiento del pedido.

Es frecuente que la reserva no esté completa, con lo que el consumidor se ve obligado a acudir varias veces a recoger los libros: esto es menos problemático en la librería de barrio… A través de internet existen muchas varias tiendas que venden también libros de texto. Algunas ofrecen un catálogo muy completo, como www.agepea.com y www.popularlibros.com. Ofrecen una buena referencias de precios, en ocasiones bastante competitivos pero si el pedido es pequeño hay que sumar los gasto de envío

En cualquier caso, a la hora de comprar hay que estar atento para evitar errores: hay que asegurarse de que el ISBN es correcto es indispensable ya que algunos libros de la edición cambia según la Comunidad Autónoma. La editorial no parece determinante a la hora de aplicar precios ni los hipermercados ni las librerías tradicionales.

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