Junto a los religiosos charros que desarrollan su labor pastoral en África, otros salmantinos seglares eligieron el continente africano para desarrollar su vertiente solidaria. Es el caso de María Carpio Pérez, quien dejó una vida próspera como bróker en Londres para asentarse una zona de la que se enamoró la primera que viajó allí.

La vista del Kilimanjaro conquistó a María, que decidió no solo trasladarse a vivir a Tanzania sino poner en marcha allí la Carpio Pérez Foundation, una ONG dedicada a ayudar a la población local y a la que, por la actividad que se desprende de su página web, la epidemia de ébola no afecta en su día a día, centrado principalmente en la región de Arusha, la capital diplomática del país situada en el distrito de Monduli.

Pese a que el país, como muchos de su entorno, se encuentra en alerta ante la enfermedad que ya ha afectado a un misionero español,  la Carpio Pérez Foundation ha seguido trabajando. De hecho, el pasado 18 de julio daba cuenta de la entrega a las viudas de la popular Tribu Massai, “uno de los colectivos más castigados de Tanzania”,  de 118 cabras y 3 burros valorados en 5.000 euros. La cría de estos animales, explica la salmantina en su web, “ayuda a las mujeres a tener unos ingresos sostenibles para cubrir sus necesidades básicas”.

Pese al avance de la enfermedad que alarma estos días al mundo, el proyecto de esta salmantina continúa desarrollando su labor en el ámbito educativo, sanitario y en aspectos centrados en el desarrollo de la mujer. 

 
 

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