El Premio Castilla y León de los Valores Humanos está repartido en esta edición. El jurado ha acordado, por unanimidad, conceder este galardón a la candidatura conjunta de Cáritas Regional de Castilla y León, Cruz Roja Española en Castilla y Léon y Federación de Bancos de Alimentos de Castilla y León por sus dilatadas experiencias solidarias y el esfuerzo continuo en el ámbito de los servicios sociales, tanto de forma individual como conjuntamente, para paliar los efectos que la actual situación económica está provocando en buena parte de nuestra sociedad.
 
Con sus más de 6.000 ramificaciones parroquiales y sus 68 delegaciones diocesanas o regionales, la organización Cáritas es un referente de la acción social y de la ayuda a los más desfavorecidos en España y en el mundo. Sustentada en un ideario cristiano y nutrida por un voluntariado que en Castilla y León alcanza los 4.700 socios, los 4.000 voluntarios y alrededor de los 12.200 donantes, Cáritas desarrolla una importante labor de apoyo e integración con grupos de personas en situación de precariedad o exclusión social. Su trabajo se extiende por aquellas capas sociales más desprotegidas, abogando por la dignidad inviolable de las personas y la total oposición a todas las formas de pobreza, opresión, injusticia y desigualdad social. En España, cerca de cien mil personas, pertenecientes a diferentes colectivos marginales o desfavorecidos, recibieron atención por parte de esta institución el año pasado. En las difíciles condiciones actuales, las casas de acogida y los comedores sociales de Cáritas se convierten en una esperanza cercana para quienes padecen dificultades. Sólo en Castilla y León, cada año, Cáritas atiende a unas 9.000 personas.
 
Para Fernando Carrasco, presidente regional de Cáritas, "dar respuesta a las demandas de alimentos es relativamente fácil porque entre empresas y particulares atendemos los casos que conocemos y seguimos de forma ordinaria en las parroquias. Por el contrario, cuando pasas a necesidades de aportar dinero para facturas de luz, calefacción, alquileres, medicinas o artículos para los niños, se te agotan en seguida los medios. También hay que enseñar a las familias a priorizar. La sociedad de consumo en la que este mundo nos ha metido sin darnos cuenta a veces hace pensar que lo prioritario es que no me falte la tarjeta del móvil u otra cosa similar. Y es que aunque sean casuísticas muy pequeñas, se dan, y no se puede pensar en no tener cuidado con el gasto de la luz si luego la factura me la paga Cáritas".
 
Y añade, en una entrevista con la agencia Ical, "a veces, más que colapso, es la angustia de nuestros trabajadores por no poder atender a todas esas personas que esperan en la puerta de su despacho. Por eso deben ordenar la urgencia de las peticiones. Nosotros debemos ayudar a la gente a vivir las cosas con solidaridad y preocupación y aunque lo hagamos sensibilizados con el tema, si las situaciones te abruman y se te quita la sonrisa acabaremos todos mal. El trabajador debe analizar la premura de cada situación para no sentirse superado".
 
Cruz Roja
 
En el año en el que la Cruz Roja Internacional celebra el sesquicentenario de su creación, se hace cada vez más evidente la necesidad de organizaciones que han hecho de la solidaridad y la ayuda humanitaria su principal seña de identidad. Cruz Roja, a lo largo de su dilatada historia, ha estado allá donde la necesidad de cooperación, colaboración y ayuda se ha hecho patente. Desde la participación en conflictos bélicos hasta la creación de una red de primeros auxilios, Cruz Roja viene desarrollando una ingente labor humanitaria que la sitúa siempre cerca de las personas más vulnerables. Su plan de acción se materializa en actuaciones de carácter preventivo, asistencial, rehabilitador y de desarrollo, realizadas esencialmente a través de un voluntariado humano en constante crecimiento. En Castilla y León, desde su constitución en 1989, Cruz Roja cuenta con casi 85.000 socios y 15.000 voluntarios distribuidos por todas las provincias. Con su apoyo, muchas familias en dificultades, niños, personas mayores, sin empleo o en riesgo de exclusión social están afrontando las adversas condiciones socioeconómicas a las que nos venimos enfrentando en los últimos años.
 
Para su presidente regional, José Varela, "a corto plazo en estos momentos lo que está funcionando es la labor que realizan organizaciones como la nuestra. Atendemos a los sectores a los que ya atendíamos de manera tradicional, pero ahora nos llega cada vez más gente de un sector más alto, que antes estaba ligado a un empleo y que ahora está cayendo en la precariedad. Esto ocurre porque no hay una fuente de ingresos segura y continuada, es decir, no hay un empleo y cuando no se tiene un trabajo es más fácil caer en un estado de vulnerabilidad y de exclusión social. En estos momentos se están destruyendo muchos puestos de trabajo y, por eso, no veo una solución a corto o medio plazo. Además, mientras la solución a esto no llega, es importante recordar que la gente lo está pasando mal y que nuestro objetivo es intentar paliar esta situación".

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