La sangría de votos socialistas, 273.881, es superior a los nuevos apoyos que recibe IU y UPyD más los 91.219 que se quedaron en casa

Las elecciones del domingo han abierto la brecha más profunda entre el PP y el PSOE de Castilla y León desde los comicios constituyentes de 1977. Salvo en esa fecha, con el socialismo recientemente legalizado, nunca la diferencia entre el apoyo recibido por los dos principales partidos enla Comunidad (entonces UCD y PSOE) había alcanzado los 26,3 puntos que se contabilizan tras el 20 de noviembre y en estos momentos casi son el doble los votantes del PP en la Comunidad que los que respaldaron a Alfredo Pérez Rubalcaba. En el caso de la provincia de Salamanca es aún mayor, 34 puntos de ventaja.

Si hace tres años, las diferencias entre uno y otro partido tocaban mínimos históricos y sólo les separaban 120.000 votos, ahora esa diferencia se ha multiplicado por tres y medio y llega a muy cerca de los 400.000 votos.Todo ello ha sido, sobre todo, como consecuencia del descenso socialista ya que el PP apenas ha sumado 4.000 votos a la cosecha de 2008, mientras que el PSOE se ha dejado en la contienda casi cuatro de cada diez votantes que le respaldaron en los anteriores comicios. En la provincia charra, el PP ha subido algo más de medio millar de sufragios, pero el PSOE ha perdido casi 40.000 votos.

¿Dónde han ido a parar estos votos socialistas? Un análisis de los datos no permite redistribuir todo esa fuga de apoyos, pero se pueden aportar algunas cifras. Los analistas coinciden en que, entre los desencantados de las urnas, muchos eran del caladero tradicional socialista. Por otro lado, coinciden en que las dos formaciones han experimentado un crecimiento significativo –UPyD e IU- han podido beneficiarse del descalabro del PSOE, aunque su subida es cuatro veces inferior al descenso de los socialistas.

En Salamanca, con el 26,09 por ciento de los votos, es el peor resultado obtenido por el PSOE desde las primeras elecciones de 1977. Es también el segundo peor resultado de la historia para los socialistas vallisoletanos (fue peor en las europeas de 1994) y para los abulenses (bajaron más en las municipales de 1995), pero no lo es ni mucho menos para el resto de provincias, donde en varias elecciones han marcado registros inferiores a los del domingo. Desde 1979, el suelo del PSOE en la Comunidad, lo marcan las elecciones europeas de 1994, en que obtuvo sólo el 28,69 por ciento de los votos, casi un punto menos que ahora.

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