El tiempo sí respetó este miércoles a la Semana Santa de Salamanca, que entra en su momento culmen para vivir las singulares estampas de los pasos desfilando por un iluminado entorno monumental único en el mundo. Como anticipo al Jueves y Viernes Santo, esta noche ha sido el turno para Jesús Flagelado, también conocido popularmente como el 'Jesús Torero' por la forma en que coge el manto, como si fuera un capote.
 
Esta imagen de Salvador Carmona cuyo 250 aniversario se celebró recientemente ha recorrido las calles con una singular nota artística, pues los hermanos de la cofradía, unos trescientos, no pueden llevar ningún signo de penitencia exterior, tan sólo su túnica y capa negra, capirote y fajín color eminencia, calcetines negros y zapatos con hebilla metálica plateada en los mismos, guante blanco y rosario en la mano izquierda. 

Jesús Flagelado desfiló acompañado por Nuestra Señora de las Lágrimas, obra de José Miguel Sánchez Peña en 1977, con un rosario en una de sus manos y un pañuelo con el emblema de la hermandad en la otra, portada por 48 hermanas de la cofradía, según manda la tradición, en la que en los últimos años también se ha incorporado alguna saeta que otra durante el desfile.

 
Pero si algo resalta sobre los demás desfiles procesionales es que en ningún momento los portadores de la imagen la bajan al suelo. Así, tras salir de la Clerecía recorrieron el entorno de las Catedrales para llegar hasta la Plaza Mayor y regresar.

Al igual que la Hermandad Universitaria, esta agrupación nace en el seno de las numerosas Hermandades, Congregaciones y movimientos cristianos, con sede en el Real Colegio de la Compañía de Jesús (Clerecía), especialmente la de San Francisco Javier. El desfile procesional es de una gran belleza, creando un ambiente a la vista, con una estética característica de esta hermandad, que da a su desfile una notable expresión cercana a lo lujoso. 

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