Las principales empresas familiares de la comunidad se han reunido este viernes en Salamanca para participar en la asamblea general de socios de la asociación Empresa Familiar de Castilla y León (EFCL), en la que han procedido a la renovación parcial de su junta directiva y a la celebración de una jornada de trabajo.
En la reunión, el 98 por ciento de los asistentes han apostado por mantener o aumentar la facturación para este nuevo año, mientras que el 93 por ciento han confirmado su intención de mantener o ampliar su plantilla. "Queremos hacer crecer el tamaño medio de la empresa asociada, que las pequeñas sean medianas; las medianas, grandes; y las grandes, más grandes", ha asegurado el presidente, Alfonso Jiménez.
En ese sentido se ha mostrado preocupado por la inestabilidad política que sacude al país con la cercanía de las elecciones. Según su parecer, las reformas que se han llevado a cabo en estos años han sido tan necesarias como positivas: "Se está haciendo un trabajo bien hecho y nos preocupa que se pare en estas elecciones. No somos políticos, somos empresarios y no nos preocupa un cambio de Gobierno, lo que queremos es una estabilidad política, sólo con ella podremos llevar adelante nuestros planes estratégicos".
En total, las 107 empresas asociadas tienen una facturación anual de 8.000 millones de euros y dan trabajo a 50.000 personas, de ahí que despedir a sus trabajadores lo consideren una desgracia. "No somos gente que haya nacido para destruir empleo, cuando tenemos que destruir un empleo es una desgracia, vivimos de contratar, el negocio está en contratar gente", ha asegurado.
Su optimismo alude también a la banca española: "La financiación ha mejorado, la banca cree que ha hecho las reformas que tenía que hacer y ahora está muy saneada, es de calidad y está llegando el crédito por sectores, unos están más castigados que otros, pero por lo general el crédito es accesible".
Según ha afirmado Jiménez, el éxito de estas empresas reside en la internacionalización, no poner fronteras a sus negocios y vender en el extranjero. Pero a otros países no sólo van los productos, sino que también muchos jóvenes se ven forzados a emigrar para labrarse un futuro laboral. En este aspecto, el presidente de EFCL ha sentenciado que lo mejor que puede hacer un joven es marcharse fuera, aprender un idioma, formarse en un trabajo y cuando esté preparado y la situación de España mejore, vuelva para enfocar las empresas nacionales hacia el exterior.
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