Como cada año, la asociación Salamanca Acoge ha comenzado hoy la puesta de largo de la séptima edición de la Escuela de Verano intercultural en la Casa de la Juventud de Garrido. El campamento urbano acoge en esta edición a 50 niños, el doble que el curso anterior, motivado en parte por “las buenas sensaciones que se llevan los niños de ediciones anteriores”, según afirmaba uno de los coordinadores mientras indicaba que “no hacemos una campaña de captación fuerte porque todos los años recibimos bastantes niños, si fuésemos colegio por colegio publicitándonos, no abarcaríamos ni podríamos atender a toda la demanda. Creo que el buen resultado de esta edición es debido a boca a boca”.

La iniciativa, financiada mediante subvenciones comunitarias, estatales, autonómicas y locales, cuenta con una inscripción gratuita y para todos los niños de entre 5 y 14 años que lo deseen. El campamento, que reúne a “alumnos” de edades y nacionalidades muy diversas, tiene el objetivo de crear un espacio de educación intercultural, como afirmaba David, uno de los monitores, “el campamento cuenta con la presencia de chicos de Bolivia, Marruecos, Colombia, Honduras o Polonia entre otros. Lo que buscamos aquí es conseguir una unión entre todos, formar un grupo capaz de desenvolverse por sí mismo”

Desde la asociación explican que con esta iniciativa se pretende desarrollar el concepto de la “toma de decisiones” en cada niño. “La sociedad tiende a imponer a los niños una serie de obligaciones, siguen unas pautas fijadas por la escuela o sus familias. Lo que intentamos aquí es darles la oportunidad de elegir y decidir, pero con responsabilidad, pues la toma de decisiones conlleva una consecuencia que no siempre es buena, y eso es lo que queremos que valoren” afirmaba uno de los monitores.

Cuestionados por la programación o la agenda prevista, la asociación ha explicado que las actividades las proponen los niños, con la intención de fomentar justamente los conceptos antes mencionados, “ellos proponen las actividades que desean hacer, luego nosotros decidimos y les explicamos si son viables, probables o imposibles. Queremos que sean ellos, mediante consenso, quienes decidan qué hacer y cómo hacerlo, que sean conscientes de su propia realidad. Lógicamente, nosotros debemos orientar y mediar para controlar que las actividades que decidan sean factibles y seguras para todos”

David, uno de los monitores, explica que los niños sorprenden cada año con talleres y actividades muy diversas y originales, “la gente cree que los niños sólo quieren jugar a futbol o baloncesto, pero no. Es cierto que los tres primeros días piden eso, pero al cuarto demandan algo diferente, y como son ellos quienes deciden, proponen actividades diferentes y originales como talleres de cocina”. La asociación ha explicado que siempre hay una programación paralela para poder ofrecer ejercicios a los niños en caso de que estos se atasquen a la hora de elegir que hacer.

 

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