La madrugada de este domingo, 27 de marzo, comienza la hora de verano. Los relojes deberán adelantarse una hora y a las 2:00 serán las 3:00, dando así respuesta al cumplimiento obligatorio de una Directiva Comunitaria.

El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz natural del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.

Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Entidad Pública Empresarial del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el potencial de ahorro en iluminación en  nuestro país, por el cambio de hora, puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a  unos  300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.

Para alcanzar este potencial de ahorro, no obstante, se deberá llevar a cabo un comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en edificios del terciario y en industrias. Estas tecnologías ampliamente experimentadas consisten en fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona, a través de ventanas o lucernarios.

Pero, además, independientemente del cambio de hora, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo y el IDAE recomiendan a los ciudadanos contribuir al ahorro de energía durante todo el año haciendo un uso inteligente de la iluminación en nuestros hogares. Seguir determinadas pautas o hábitos puede permitirnos, sin renunciar al confort, ahorrar hasta 100 euros al año, además de evitar emisiones contaminantes a la atmósfera.

Diez consejos para ahorrar energía con la iluminación

- Aproveche la luz natural. La luz del sol es gratis.
- Olvidarse las luces encendidas cuesta caro. Cuando salga de una habitación apague la luz.
- Hay bombillas que gastan mucho menos que las incandescentes. Se denominan de bajo consumo o  fluorescentes compactas y son ideales para puntos de luz con uso diario superior a las 3 horas. Ahorran hasta un 80%.
- También existe una alternativa más eficiente a las lámparas halógenas. Las lámparas led pueden permitirle ahorrar hasta un 80% en el consumo de energía de ese punto de luz.
- La iluminación localizada es una buena idea. Contribuye además a crear ambientes más confortables y acogedores.
- Utilice colores claros para decorar su casa. El ambiente es más luminoso y necesitará menos luces.
- Limpie con regularidad las fuentes de luz. La suciedad acumulada dificulta la correcta difusión.
- Utilice reguladores electrónicos de flujo para las halógenas. Nos permiten adecuar  el nivel luminoso a una necesidad concreta.
- Acuérdese de los tubos fluorescentes. Especialmente indicados para baños, cocinas, trasteros y garajes.
- Instale detectores de presencia en las zonas de paso. Activan y desactivan automáticamente la luz.

 

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