Los recintos de fosos prehistóricos son un patrimonio poco conocido en Castilla y León. Su descubrimiento se produjo de manera causal, a mediados de los 90, en el marco de una campaña de prospección aérea para el inventario arqueológico regional, cuando, al sobrevolar una villa romana, llamó la atención la aparición de extrañas huellas circulares, en algunos casos s concéntricas, en las tierras aledañas.
La arqueología aérea resultó la primera forma de aproximarse a estos recintos, que no se perciben a simple vista desde el suelo. El trabajo de investigación de Marcos García García, becado por la Fundación del Patrimonio Histórico, toma como punto de partida algunas de estas fotografías aéreas y varias campañas arqueológicas. La investigación, desarrollada en la Universidad de Valladolid, bajo la dirección del catedrático de Prehistoria y arqueólogo investigador Germán Delibes de Castro, es un estudio intenso de dos años de duración, que parte de imágenes de 18 yacimientos del valle medio del río Duero, en las provincias de Palencia, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora. Los recintos de fosos son fenómenos de carácter paneuropeo. Se han estudiado en toda Europa, desde Ucrania a Inglaterra. En cambio, en Castilla y León apenas se conocían.
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