Según el planteamiento del Gobierno, el horario fijo de presencia de los funcionarios pasaría a ser de lunes a viernes de 9.00 a 15.00 horas, mientras que en la actualidad es de 9.00 a 14.30 horas. Y aunque se mantienen las 37,5 horas semanales de trabajo, se podrá elegir para completar la jornada entre las 7.30 horas y las 9.00 horas de lunes a viernes, entre las 14.30 horas y las 18.00 horas de lunes a jueves y entre las 14.30 horas y las 15.30 horas los viernes.
De hecho, los responsables de la gestión de recursos humanos adoptarán medidas disciplinarias en los supuestos legalmente tipificados de absentismo injustificado, pero exigirán la justificación de todas las ausencias del puesto de trabajo, incluidas las de duración inferior a cuatro días en las que se alegue enfermedad.
Asimismo, en caso de que su lugar de trabajo cierre durante un periodo concreto del periodo estival, el disfrute de las vacaciones de los empleados públicos deberá coincidir. Y es que la reducción de las vacaciones es la otra gran novedad del borrador. Los empleados públicos disponen ahora de 22 días hábiles, a los que se suman aquellos según la angüedad, uno por cada cinco años a partir de los quince trabajados. De aprobarse esta nueva resolución, los empleados públicos estarán obligados a cogerse al menos la mitad de sus vacaciones entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, sin que puedan acumularse los días de vacaciones a los de permiso por asuntos particulares.
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