Durante los últimos meses se ha hablado mucho de protestas sindicales, de huelga general, pero en el mercado laboral también hay otra parte de la ecuación, los empresarios. SALAMANCA24HORAS entrevista al presidente de la patronal salmantina para hacer un balance del año que está a punto de concluir, un año de cambios normativos con la reforma laboral. “Lo que no puede haber es la rigurosidad en la parte laboral de que un trabajador cuando se hacía fijo pensaba que ya tenía la jubilación garantizada y no puede pasar que una empresa piense que cada vez que contrata a un trabajador tiene una hipoteca”, asegura. 

En una provincia como Salamanca, con récord de paro, Juan Antonio Martín Mesonero considera que “una de las asignaturas que falta en las universidades es convencer a un alumno que termina una carrera, bien preparado, hay que darle la oportunidad de crecer en su negocio, no que piense a qué empresa fuera de Salamanca o el extranjero se irá”. Para ello se debe simplificar los trámites administrativos, “en otros países está promocionado, ya no subvencionado, de que se montan en veinticuatro horas. Aquí aunque se diga por nuestros administradores que se puede un negocio en veinticuatro horas eso no es cierto, eso es mentira”. También aboga por facilitar la financiación a los emprendedores, pues  “a corto y medio plazo no se percibe que se vaya a abrir el grifo. Ésa es la deuda pendiente de nuestro gobierno, incluso de Europa, no se están haciendo las presiones pertinentes, de inyectar directamente sangre en las venas de la economía”.

- Entre las continuas reformas del Gobierno, una afecta a las Cámaras de Comercio. ¿Cómo serán estos cambios?

- Ya era esperado, aunque llega tal vez un poco tarde. Las previsiones que teníamos es que se hubiera aprobado bastante tiempo antes, la idea inicial era en verano. Pero bienvenido sea principalmente por dos motivos, uno porque se mantendrán servicios, y por otra parte es volver a la coherencia porque la famosa ley de Zapatero, que salió con nocturnidad y alevosía, no se podía entender, aludiendo que querían proteger a las pequeñas y medianas empresas, pero era un absurdo. Si esta nueva ley va en la línea que nos han comentado, se podrá reconducir la prestación de bienes y servicios.

- ¿Y en Salamanca cómo puede repercutir ese impulso a la internacionalización que se quiere dar con la nueva normativa?

 - Es importante, y es una labor que llevamos haciendo varios años desde la Cámara de Comercio. Hablar de internacionalización hace cinco años era hablar de las grandes empresas, pero ahora mismo una pequeña empresa, un comercio, puede internacionalizar. Pequeñas empresas se han convertido en grandes gracias a internet, por poner un ejemplo. Abrir esos marcos, la enseñanza y la formación que estamos dando para abrir esas fronteras, o con el propio Foro de Embajadores, que ya nos han demandado información otras Cámaras de Comercio de España. Lo que antes había que hacer con mucho dinero, llevar a nuestros empresarios al extranjero para ver si había negocio, lo que hacemos es desde su propia casa abrirles las puertas de otros países. Son pequeñas cosas que al final abren mercado. El problema en España es el mercado de consumo, así que hay que solucionarlo abriendo otros mercados, y las pequeñas empresas también tienen su oportunidad, muchas están trabajando en Hispanoamérica con crecimientos como España tenía hace quince años. Ahí es donde hay que apostar, internacionalizar pero arraigándose las empresas en Salamanca.

- Teniendo en cuenta que el tejido productivo salmantino siempre estuvo centrado en la construcción y los servicios, pero la burbuja inmobiliaria estalló y ahora también sufre el comercio y la hostelería, ¿hacía qué sectores debería reorientarse esa búsqueda de mercado en el extranjero?

- Salamanca tiene muchas posibilidades. Tenemos que saber apreciar nuestras propias fortalezas y tal vez nos negamos los salmantinos a verlas. Tenemos unos recursos importantes y tenemos que saber venderlos. Somos punteros en la educación, pero no solamente en la enseñanza, sino qué es lo que hay detrás, personas preparadas en todos los sectores. Si tenemos una Universidad de prestigio que está dando preparación, ¿por qué no fortalecemos la creación de pequeñas empresas? ¿Por qué no hacer que nuestros hijos estudiantes sean los empresarios del futuro? Tenemos campos importantísimos para convertirlos en crecimiento y creación de riqueza. Nos falta verlo y enfocarlo. También es verdad que nos falta el impulso institucional, más impulso de las universidades. Una de las asignaturas que falta en las universidades es convencer a un alumno que termina una carrera, bien preparado, hay que darle la oportunidad de crecer en su negocio, no que piense a qué empresa fuera de Salamanca o el extranjero se irá. Esa es la apuesta más importante que deberíamos hacer por nuestra provincia.

- Hay jóvenes que apuestan por abrir su negocio, pero después se encuentran con innumerables papeleos, problemas burocráticos, problemas de financiación…

- Todos, es cierto. Es un mal endémico de España. La verdad es que el problema burocrático es importante, el Gobierno quiere simplificarlo, pero todavía no lo vemos. En otros países está promocionado, ya no subvencionado, de que se montan en veinticuatro horas. Aquí aunque se diga por nuestros administradores que se puede un negocio en veinticuatro horas eso no es cierto, eso es mentira, y cualquier persona que quiera abrir un negocio de lo que sea lo sabe. Hay que conseguir eso, que un chaval joven, recién licenciado, que tenga unas aspiraciones, que pueda generar su propio negocio. Eso es lo que nos puede dar un futuro prometedor. Tenemos la cantera. 

- ¿Y se ve algún futuro cercano para que los bancos abran de nuevo el grifo del crédito?

- Si contesto como todo el mundo contesta, lo haría con palabras muy bonitas y al final no diría nada. Pero digo que no, a corto y medio plazo no se percibe que se vaya a abrir el grifo. Ésa es la deuda pendiente de nuestro gobierno, incluso de Europa, no se están haciendo las presiones pertinentes, de inyectar directamente sangre en las venas de la economía. No se puede tener cortado el grifo tremendamente. Para poder un crédito a una pequeña empresa, por ejemplo 30.000 euros para un negocio, antes bastaba una firma, ahora tiene que firmar toda la familia y los descendientes que puedan venir. Eso es cortar el grifo, aunque los bancos digan lo contrario. Y eso es lo que está pasando con las entidades financieras. Que pregunten a los empresarios, ésa es la realidad.

- También decían las entidades financieras que no se las iba a nacionalizar y ahí está Caja España-Duero, que también recibirá dinero del Estado próximamente.

-  Es un tema bastante de debate importante, un tema que tiene mucho recorrido. Creo que va en buena senda si se le deja, si no existen presiones externas. Lo más importante es que la fusión que se terminó salga adelante, que no se pongan más palitos en la rueda, que también es un problema. Si la fusión sigue adelante con Unicaja, las dos entidades saldrán fortalecidas, las dos autonomías, Andalucía y Castilla y León, y en esa senda los empresarios pueden salir favorecidos. Si todo lo que hacemos es críticas destructivas en vez de constructivas, estamos haciendo un flaco favor a nuestra economía. El mayor problema que tenemos los salmantinos es que hay más preocupación de la crítica que de la construcción, de las bondades. ¿Por qué no empezamos a alabar las bondades que tenemos? Vender una imagen positiva de Salamanca, que tiene oportunidades, para atraer inversión. Si solo sacamos lo negativo, como hace algún medio de comunicación, ¿quién va a invertir en Salamanca? Tenemos que saber vendernos, y no lo hacemos, creemos que es más importante la crítica que las bondades. Por ejemplo, con el tema de Matacán, que algunos podamos ser criticados por defender una infraestructura vital para nuestra economía, no puede ser, lo venden negativamente, cuando teníamos que estar todos a una con un aeropuerto que es de los más importantes de España y nadie lo dice. Ni las instituciones salen reivindicando. Si existe un aeropuerto, existe negocio para todo. Si no creemos en nosotros mismos, difícilmente van a creer en nosotros.

- Cuando los otros tres aeropuertos de Castilla y León tienen ayudas y el de Salamanca no, algo falla.

- Nos gusta negociar en los despachos, pero levantamos la voz cuando Salamanca se siente perjudicada. En este caso se está haciendo un flaco favor cuando caemos en la debilidad de que el aeropuerto son los pasajeros, pero es una infraestructura importantísima que no son sólo los pasajeros, son los puestos de trabajo que se generan. Si aquí tenemos doscientos puestos directos, aparte de los ochocientos de la base militar, si lo comparamos con el aeropuerto de Castilla y León que nos sigue, está en setenta. También hay que ver cómo se utiliza la infraestructura, cuántos aterrizajes y despegues hay en el aeropuerto de Salamanca, trece mil al año, mientras Valladolid tiene nueve mil. Nuestros gobernantes, nuestros administradores, hablan de rentabilidad de carreteras por los vehículos que pasan a la hora, no de cuántos pasajeros, hablan de cuántos coches. ¿Por qué no podemos hablar de que en Matacán aterrizan y despegan cada año trece mil aviones? Tenemos mínimo veinte aviones en hangares, eso crea puestos de trabajo, eso tienen que defenderlo la Consejería de Fomento y el Ministerio, son vuelos especializados para capitalizar el turismo y la gastronomía. Lógicamente hay más pasajeros en Valladolid, hay más habitantes, pero  ¿cuánto cuestan esos pasajeros a los impuestos de los ciudadanos? A lo mejor sería más rentable pagarles un billete del AVE. No podemos entrar en demagogias. Hablar de que sólo existe Valladolid, debemos huir de los centralismos, aunque me tachen de provincianista.

- Hablando de infraestructuras y de futuro, ¿qué posibilidades le ve al parque empresarial anunciado por el alcalde para su construcción durante el próximo año junto al Recinto Ferial?

- Cualquier medida que se realice a partir de ahora, teniendo en cuenta que se debería haber hecho mucho antes, tiene que medir los impactos, de coste para los contribuyentes y la rentabilidad. Es que ahora mismo hay una cantidad de metros cuadrados de naves cerradas, en alquiler casi por debajo de precio de coste, pues ahora a lo mejor no es lo más apropiado invertir en ciertas cosas en este momento. Sí a futuro, pero no ahora. La inversión real debe ir a mantener el tejido empresarial que tenemos, las empresas que tiene Salamanca, ayudar para que crezcan y creen puestos de trabajo, porque eso al final será hacer unos cimientos sólidos en nuestra provincia. ¿Crear otra infraestructura? Puede ser positivo dentro de cinco o diez años perfectamente, pero hacer ciertas inversiones ahora cuando el tejido empresarial no lo demanda… En los polígonos hay muchísimos metros cuadrados cerrados. No es el momento.

- ¿Y cómo se puede mantener ese tejido empresarial salmantino?

- Creyéndolo. Cambiando el espíritu. El empresario de Salamanca es arriesgado, se dirigió hacia sectores que después han sido perjudicados, pero hay empresarios y Salamanca ha dado empresarios de prestigio que supieron generar riqueza y puestos de trabajo. Ése espíritu es el que debemos reivindicar, saber lo que realmente queremos. Si somos capaces de sacar el diez por ciento de los licenciados como empresarios, podemos tener un futuro muy prometedor. Esas cosas hay que cambiarlas mentalmente, estamos en una época muy derrotista, intentando cada uno solucionar los problemas que tiene en su casa. Hay muchos empresarios en Salamanca que aspiran a crecer.

- No es precisamente ésa la imagen que se tiene, sino la de un empresario que quiere seguir ganando dinero a costa de los trabajadores, de reducir empleos, una imagen de explotador también. ¿Por qué se tiene esa imagen, en general en España, de los empresarios?

- Tenemos que ver al empresario no como se le veía en el pasado, hay que ponerle una estatua. Es lógico que está pensando en ganar dinero, pero primero tiene que invertir, arriesgar y crear puestos de trabajo. Antes de tener beneficios ha creado puestos de trabajo. Ésas son las bondades que hay que agradecer a un empresario, y lo digo como presidente de los empresarios, hay que ponerles a algunos un monumento. 

- Pero la reforma laboral ha traído consigo más despidos.

- Esta crisis tal vez pueda tener una sola bondad, todo lo demás han sido desgracias. Es colocar a cada uno en su sitio. Cuando antes se hablaba de un empleado mileurista el empresario era un explotador, ahora el empresario que pueda mantener un puesto de trabajo y pagar mil euros dice qué empresario tenemos, que nos paga y no nos deja a deber nada. Es la flexiseguridad que decimos, el empresario no puede estar pagando unas nóminas que no gana, al final pierde dinero y la empresa cierra. Tenemos que plantear que el trabajador sepa que es parte de la empresa y participará de los beneficios. Muchos empresarios han perdido su patrimonio y están arriesgando su vida. El trabajador está ahora agradeciendo el mantenimiento de los empleos, se crea una simbiosis entre el empresario y el trabajador que antes no había, son un tándem. Así se genera riqueza en una empresa.

- Hace poco se conocía una encuesta según la cual seis de cada diez trabajadores están dispuestos a que se les rebaje el sueldo con tal de conservar su empleo.

- Hablamos de rendimientos colaterales para las dos partes, ésa es la nueva mentalidad que tiene que tener el empresario. Ahora mismo el empresario joven, que se mantiene con sus riesgos patrimoniales, ve que el activo más importante son los trabajadores, mantenerlos, pero los trabajadores también tienen que ver que el empresario está arriesgando. 

- ¿Y qué hacemos con la economía sumergida? Como las meigas, haberla, hayla, y mucha.

- Hay datos para todos los gustos. Hablamos de la economía sumergida como la lotería, sabemos que toca, pero no a quién, a nosotros nunca. Ha existido, existe y existirá, lo que hay que intentar es que sea la menor posible. Ahora mismo, si estamos hablando de cargas sociales continuamente, cargas fiscales, y no de la rentabilidad que se da a la empresa para que siga manteniendo su actividad, vamos por mal camino. No es entendible que un trabajador gane mil euros y el cincuenta por ciento a mayores se tenga que poner en las arcas públicas para generar servicios. Si a un trabajador se le dice que si quiere ganar mil quinientos euros pero no estar asegurado, lo preferiría. Todo tiene que llevar una regla, intentar que los costes de la administración sean los más sensatos, proporcionales siempre a los servicios que recibe. Si no, al final existe la economía sumergida. Se está viendo con el efecto IVA, se pensaba que se iba a recaudar más y no es verdad. El ochenta por ciento de las empresas son pequeñas y medianas. Si no se toman decisiones económicas que vayan con un análisis de cómo va a ser la repercusión, estaremos metiendo la pata otra vez en el mismo sentido de generar gastos sin generar ingresos.

- Precisamente los empresarios reclaman continuamente al Gobierno más cambios fiscales. ¿Qué cambios concretamente?

- Las cargas sociales. Estamos muy fuera de la media de nuestro entorno y nos impide ser competitivos. La reforma laboral ha generado que empecemos a ser un poco más competitivos con los demás países, pero no podemos seguir con las cargas sociales actuales, pagando dos veces el mismo servicio público, el IRPF el trabajador, la empresa sobre el mismo servicio. Un trabajador es un ciudadano, pero se genera un impuesto al trabajador, otro a la empresa y otro al ciudadano. Hay que generar sinergias para tener sólo un empleo, el que sea, pero sólo uno, para recibir unos servicios proporcionados.

- ¿También hay que modificar la reforma laboral, a tenor de sus resultados?

- Por desgracia, ha llegado casi dos años tarde. Si la reforma laboral hubiera llegado antes de que trescientas mil empresas hubieran cerrado, a lo mejor estuviéramos hablando de que hubiera cuatrocientos mil, quinientos mil trabajadores menos apuntados al paro. Todavía tiene que haber alguna modificación en el sentido de la flexiseguridad por las dos partes, empresario y trabajador, tiene que ir enfocada al entorno de nuestros países. Lo que no puede haber es la rigurosidad en la parte laboral de que un trabajador cuando se hacía fijo pensaba que ya tenía la jubilación garantizada y no puede pasar que una empresa piense que cada vez que contrata a un trabajador tiene una hipoteca. No. Tiene que haber esa flexibilidad enfocada a la economía diaria. Si hay consumo, hay trabajo. Si se generan servicios, hay trabajo. Si no, cada uno va por su lado.

- Pues vamos a generar positivismo, a generar una visión optimista. ¿Con qué mensaje?

- Lo resumimos en creer en nosotros mismos, en nuestras posibilidades, y sobre todo, creer en las personas, en las empresas que quieren generar riqueza y empleo. Si creemos en esas personas, las apoyamos, porque al final no son empresarios, son personas, estamos creyendo en la propia economía y en la creación de riqueza en nuestra provincia. Hay que apoyar a los empresarios, tienen que estar bien vistos porque generan economía. En el pasado hemos visto a nuestros políticos administradores apuntándose el tanto de que creaban puestos de trabajo. Ahora, cuando hay que despedir, los que despiden son los empresarios. No es así. Muchos de los parados son empresarios sin una prestación por desempleo, y están en el paro habiendo perdido su patrimonio y lo que tenía su familia. 
 

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