Las hipotecas con los intereses más bajos exigen unos ingresos mínimos de 1.500 euros al mes

 Las hipotecas con los intereses más bajos exigen unos ingresos mínimos de 1.500 euros al mes
Las hipotecas con los intereses más bajos exigen unos ingresos mínimos de 1.500 euros al mes
Los ingresos que exige la banca para contratar una hipoteca cierran la puerta de la financiación a millones de hogares en España. Según el análisis que ha realizado Kelisto.es (www.kelisto.es), en concreto, millones de familias no ganan lo suficiente para acceder a los préstamos que ofertan los diez grandes bancos del país, que requieren unos ingresos mínimos de 1.549,06 euros de media al mes. La situación se agrava aún más en el caso de las hipotecas que aplican los intereses más económicos del mercado: para acceder a ellas, las entidades exigen unas ganancias de 2.300 euros mensuales.

El cierre del grifo crediticio ha coincidido con un empeoramiento de las condiciones de los préstamos. Entre los elementos que se han deteriorado está el diferencial. Este indicador ha pasado del 0,28% que se registraba en 2007 al 3,22% actual, es decir, se ha multiplicado casi por 126. “En los últimos meses, muchas entidades han anunciado rebajas en sus diferenciales o han lanzado nuevas hipotecas con intereses más bajos que los aplicados hasta ahora. El problema es que, incluso las ofertas más baratas del mercado, no solo siguen siendo más caras que las que se ofertaban antes de la crisis económica (con diferenciales que van del 1,65% al 1,89%) sino que, además, imponen elevadas exigencias para poder disfrutar de los intereses, sobre todo en cuanto a la vinculación con la entidad y a los ingresos mínimos exigidos”, explica la Portavoz de Finanzas Personales de Kelisto.es, Estefanía González.

En el mercado también existen algunas hipotecas que sí se adaptan a la realidad salarial de los hogares españoles, pero con muy distintas condiciones. De media, los 10 préstamos adaptados a los ingresos medios de los españoles más interesantes (teniendo en cuenta su diferencial mínimo y sus ingresos) aplican unos intereses de e+2,21%. El inconveniente de estas hipotecas “para todos” es que sus condiciones, generalmente, son peores que las que ofrecen las más atractivas del mercado. De media, estos préstamos aplican un diferencial máximo que es 0,38 puntos superior al de las más baratas del mercado (2,98% frente a 2,60%) y un diferencial mínimo que empeora en 0,41 puntos al de las ofertas más “económicas” (2,21% frente a 1,80%). 

 
Por tanto, la actual oferta hipotecaria condena a los que tienen menos recursos a pagar préstamos más caros. En la práctica, una familia que pidiera una hipoteca por el valor medio que se solicita en España (99.164 euros a 21 años) y que sólo pudiera optar por los préstamos adaptados a la realidad salarial del país, pagaría una cuota mensual de 520,92 euros al mes, es decir, 6.251,04 euros al año. En cambio, quien pudiera acceder a una de las más baratas, tendría que abonar una cuota mensual de 500,87 euros y 6.010,44 euros en todo un ejercicio. Eso significa que, durante el primer año, un consumidor con bajos ingresos habría pagado 240 euros más (+4%) por su hipoteca de lo que hubiera abonado uno con elevados ingresos. 
 
“Teniendo en cuenta las actuales requisitos para lograr financiación, son muchas las familias españolas que no podrían acceder a un préstamo hipotecario. El incremento de los ingresos exigidos se produce en un contexto de descenso generalizado de las rentas de los hogares. Los ingresos de las familias españolas se han reducido un 10% desde el comienzo de la crisis hasta situarse en 26.775 euros por hogar, es decir, 2.231,25 euros netos al mes. Muchas entidades defienden que el hecho de no alcanzar un umbral salarial prefijado no significa que no se pueda acceder a financiación. Efectivamente, es posible que el banco sí conceda un préstamo, pero en condiciones que, lógicamente, serán mucho menos atractivas y que el consumidor no conocerá previamente”, explica González.

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