El cáncer es una enfermedad en continuo análisis. Son muchos los campos en los que existen investigaciones abiertas para tratar de llevar a lo mínimo a todo tipo de tumores. Uno de los riesgos de padecerlo procede de la herencia genética en familias y en algunos tipos de cánceres como en el de mama, ovarios o de colon, los tres más característicos en esta investigación.

A ella se dedica Rogelio González Sarmiento, investigador asociado al Centro de Investigación del Cáncer, entre otras cosas, que se felicita por los avances en los últimos años en los proyectos que mantiene abiertos su laboratorio, siempre en continua colaboración con los clínicos oncológicos que encabeza Juan Jesús Cruz y sus pacientes, parte fundamental del trabajo. ?Es una relación fluida, estrecha y muy sólida como unidad única?, afirma González Sarmiento.

El trabajo en común que se lleva a cabo es el de diagnosticar el cáncer hereditario en diferentes familias de Castilla y León, donde el CIC es referencia. Se caracterizan mutaciones en las células que pueden ser buenas o malas a la hora de aumentar el riesgo de tener cáncer en familias sanas. La relación entre CIC y hospital se convierte, así, en fundamental para vigilar periódicamente y prevenir el desarrollo del posible tumor cuando estas células cancerígenas sean malas.

El verdadero problema es encontrar si estas son buenas o malas. En algunos casos, unos 50 por cada mil alteraciones, ocurre, debiendo profundizar más en su caracterización. Esta es una de las líneas de investigación, dependiente de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, que sigue el laboratorio y el cual ya ha conseguido muchos avances. De hecho, según González Sarmiento, lo que se hace ahora es implementarlo y mejorarlo para abaratar costes y acortar tiempo de espera a la hora de que las familias reciban el informe, principal función.

Esta línea, solo para familias de la región, que ya lleva más de diez años en liza, es considerada por el investigador como un éxito de conocimiento como demuestra el número de familias que acuden al médico para mirar sus posibilidades de riesgo genético. En total han sido ya en torno a ocho mil pacientes los que han acudido, de los que a mil le han encontrado algún tipo de mutación, buena o mala, y de los que unos 50 o 60 plantean el problema de no poder caracterizar las mutaciones. Este número está en la media internacional y no suele variar debido a que cuando se soluciona un caso, otro paciente presenta una mutación similar.

Otra línea de investigación se centra en el ensayo de nuevos fármacos en tumores diferentes que se encuentra en un periodo preliminar. De hecho, cuenta González Sarmiento que todavía se prueba con células de laboratorio, teniendo que pasar luego a animales y, posteriormente, ya a los pacientes. Este proceso, costoso y complejo, puede llevar mucho tiempo ya que, en un símil deportivo, se correspondería con una maratón por los cien metros de la línea de investigación anterior.

Estos procesos, beneficiosos para la sociedad, se complementan con el trabajo de colaboración con otros centros españoles e internacionales, que se aprovechan de las bases de datos existentes. Entre todos, la búsqueda de una mayor calidad de vida está más cerca.

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