Alrededor de 15.000 camas se han cerrado este verano en los distintos centros sanitarios de España, 900 de ellas en los hospitales de Castilla y León, según las estimaciones de Satse, “como consecuencia de los recortes estivales que han supuesto, un año más, menos servicios y profesionales para atender a los ciudadanos”. Para el sindicato de enfermería, “los síntomas de este mal generalizado no se han hecho esperar y el cierre de camas ya está provocando, entre otras graves consecuencias, el aumento de las listas de espera, tanto médicas como quirúrgicas,  las altas de forma precipitada,  y  el  amontonamiento de pacientes en Urgencias, obligando a los profesionales a atenderlos, en muchos casos,  en los pasillos”.

Asimismo, considera que el cierre de camas en los centros hospitalarios ha aumentado el índice de enfermos desplazados que no pueden ser atendidos en la unidad correspondiente a su patología, y que, por tanto, son vistos por profesionales no especializados. Otra circunstancia muy preocupante para Satse que se ha producido también este año es que en algunas comunidades autónomas el cierre de camas empieza antes, en el mes de junio, y se prevé que se alargue hasta el mes de noviembre, contradiciendo el argumento dado por las propias administraciones de que se ajustan recursos y plantillas por las vacaciones.

Además del cierre de camas, los centros hospitalarios cuentan con un menor número de profesionales, al no producirse prácticamente sustituciones de las personas que se van de vacaciones En definitiva, para la organización sindical “se ha vuelto a constatar que los gestores sanitarios han vuelto a primar los intereses de ahorro económico a los generales de ofrecer, también en verano, la mejor atención posible al ciudadano”.

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