"Tenemos como reto que los estudiantes sepan quiénes somos, qué hacemos, cómo les podemos ayudar… Somos los responsables de potenciar una mayor implicación y participación de los estudiantes, no únicamente en la defensa sino también en el ejercicio de sus derechos", destaca. Así, en el plano de regulaciones pretende que haya un consenso y un entendimiento con el resto de representantes estudiantiles, con el objetivo de emprender la reforma del Reglamento de Representación Estudiantil, "muy obsoleto, con importantes deficiencias y poco pegado a la realidad actual". También cuenta entre sus proyectos con la creación de un Reglamento Interno del propio Consejo de Asociaciones y la adaptación y mejora de los horarios de bibliotecas y espacios de estudio a las necesidades de los nuevos grados, ya que el Espacio Europeo de Educación Superior prima el esfuerzo continuado y el trabajo diario.
Pero Javier Mérida matiza que “la principal tarea será la de ser parte de la solución en cuanto a la resolución de conflictos, así como el cauce y el altavoz de las reivindicaciones estudiantiles, estamos para atender las demandas de los estudiantes y transmitírselas al gobierno de la universidad. Como miembro nato del Consejo de Gobierno, trataré de poner de manifiesto la voz de las asociaciones en el máximo órgano con el que cuenta nuestra institución académica, dando traslado tanto de sus preocupaciones como de sus proyectos”.
Las asociaciones desarrollan una importante labor en la vida universitaria, son el ejemplo de una juventud comprometida, llena de retos y con objetivos claros en cuanto a su papel fundamental en la sociedad. Los universitarios estamos llamados a cambiar la situación que viven actualmente los jóvenes de nuestro país en cuanto a su inserción en el mundo laboral y las pocas oportunidades para desarrollar su propia trayectoria profesional y personal.
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