A partir de este 1 de agosto el Gobierno otorgará  300 euros al mes en concepto deducciones fiscales a las empresas que contraten a jóvenes menores de 25 años. Ante esta situación, este diario ha querido preguntar a los desempleados salmantinos de ese rango de edad cómo ven la medida, su situación y el futuro que se les avecina.

La tónica general ha sido la duda sobre la utilidad de estas ayudas. “Puede que ayuden en otros sectores, pero en lo referente a la obra pública y construcción no creo que haga mucho porque no hay mucho trabajo”, asegura Alejandro Plaza, ingeniero de caminos, canales y puertos. Añade, además, que “todavía pueden tener un pase para tener que contratar a gente no cualificada o con formaciones profesionales, pero a la hora de contratar gente con carreras la edad empieza a ser un problema, y me explico, hay mucha gente que termina la carrera a los 24, 25 o incluso 26, ahí tenemos el problema de edad”.

Este salmantino de 25 años también analiza la situación de su ámbito profesional: “La construcción dentro de España está parada y no creo que se vuelva a reactivar hasta dentro de unos 10 ó 20 años, pero ni de lejos va a volver a ser lo que teníamos antes del boom. Y sentencia que “en este sector no hay sitios para jóvenes sin experiencia, como es mi caso”, por eso está peinando el mercado internacional para emigrar fuera de nuestras fronteras.

El periodismo no está mucho mejor que el sector de la construcción. Así lo atestigua Berta Joven, quien ante la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo decidió comenzar otra carrera. Al igual que el anterior testimonio, no cree que esta nueva medida sirva para algo, ya que asegura que esas ayudas le parecen un “parche” y esos contratos serán “precarios y de corta duración”.

 
“No veo ningún movimiento ni ninguna opción como se siga aplastando a los autónomos con cuotas de 300 euros. Si salir de la crisis pasa por adoptar un modelo distinto de empleo basado en el autoempleo y pequeñas empresas y las asfixiamos con cero ayudas y cuotas imposibles para los freelances no se puede hacer nada”, manifiesta.
 
Más positiva se encuentra Beatriz Arias, de 23 años: “Veo más movimiento que hace unos meses en el sentido de que he llegado a tener alguna oferta real de trabajo, cosa que antes me parecía imposible”.
 
No obstante, señala que “aún así las empresas siguen arreglándoselas para que o bien las condiciones no sean las adecuadas o puedan pagarte lo mínimo posible aprovechando tu juventud, aunque tengas experiencia”. Respecto a la ayuda, afirma que puede ser un incentivo a la hora de contratar jóvenes ya que “resulta relativamente fácil encontrar prácticas de empleo, pero con posibilidades casi nulas de conseguir un contrato al finalizarlas”.

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