?Que venga por aquí esa gente que quiere dejar el alcohol y no puede. En pocos días superará el mono físico y con las terapias va a ver que tiene una enfermedad y que la puede superar con el apoyo de todos?. Antonio Cruz, presidente en funciones de A.R.S.A., ofrece su ayuda y la de todos sus compañeros a esas personas que están como un día estuvo él. Ahora, él ha cambiado su adicción por el alcohol por la adicción a ayudar.

Sin embargo, ahora se deben enfrentar a algo nuevo. El número de personas no crece en demasía año a año pero sí lo hacen los jóvenes y las mujeres, uno de esos grupos especiales con los que se debe tener cuidado. Además, en el primero de los casos, se suele mezclar con otras sustancias, especialmente la cocaína, por la que las situaciones se convierten en límites en muchas ocasiones, comenta la trabajadora social de la Asociación, María Raya. 

De hecho, según cuentan en la Asociación, no hay nadie que acuda sin la ayuda de los familiares, amigos o, incluso, compañeros de trabajo o jefes. No lo hacen porque les tienen que dar un ultimátum para que se den cuenta de que no pueden seguir así. Ese es el problema del alcohol, que cuesta reconocerlo si no hay problemas más allá de la propia ingesta. Si no hay comportamientos agresivos o dificultades económicas, no te das cuenta de que eres adicto. 

La mayoría de las veces, las personas que acuden a través, precisamente, de sus familiares. Son ellos los que llegan por primera vez para preguntar y arrastrar a su hermano, su hijo, su marido, su padre, su madre. A quien haga falta para recuperarlo. Así han llegado 50 personas nuevas este año a la Asociación y así pasan semanalmente unas 80 personas para tratarse de su enfermedad.

A.R.S.A.

Pero no se crean que solo se hace mediante medicamentos. Un tratamiento implica muchas cosas. Esencialmente también en el aspecto psicológico que se trabaja con el día a día a través de profesionales y de los otros enfermos que entienden perfectamente la situación. Además de una terapia familiar el lunes por la mañana en la Unidad de Alcoholismo y otra el jueves por la tarde en la sede de A.R.S.A., el local se trata de un centro social donde poder charlar con los amigos, echar la partida, leer libros o conectarte a internet. 

Lo que se pretende con ello y con diversos talleres de manualidades y de redes sociales que se están comenzando es, al final, ?cargar pilas? y hacer saber que no se está solo. Que hay mucha gente en la misma situación y no menos gente que ya ha salido. A estas personas, sin embargo, las que ya lo han solucionado, les recomiendan volver de vez en cuando para que no se olvide el porqué del dejar de beber. 

Y es que un enfermo no se cura nunca si no deja de beber para siempre. Veinte años rehabilitado y un sorbo puede ser fatal. Volver a empezar otra vez ya sin la confianza recuperada de los familiares y amigos. Por eso A.R.S.A. Por eso rehabilitarse continuamente y recuperar diariamente la autoestima y la dignidad. Recuperar la vida. 

Instituciones

Desde la Asociación, además, critican el trabajo institucional en este aspecto. ?Para hacer caja no vale todo?, se queja el expresidente Carlos Pedraz, que opina que la Nochevieja Universitaria, según está pensada, no ayuda a un problema creciente en una sociedad demasiado joven. La permisión de ciertos macrobotellones, la publicidad permitida de alcohol como la que ha estado presente enfrente del instituto Venancio Blanco solo ayudan a que este tipo de bebida se vea como algo bueno y social. ?Solo falta subvencionarlo?.

No es, según Carlos Pedraz, por la implicación de la concejala María José Fresnadillo, que sí se involucra en el tema. Es más una cuestión de fondo en la que, por ejemplo, se vende alcohol en el hospital porque ?la cerveza también lo es?.

?La sociedad salmantina está favoreciendo? que la ciudad se haya convertido en un lugar de alcohol. ?Habría que tomar medidas?, se quejan. ?No solo el tabaco es malo para la salud. En los colegios no se dan charlas sobre el alcohol como sí se hacen del tabaco. Hay falta de formación?.

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