Castilla y León cuenta desde este viernes con una Red de Reparto de Alimentos para garantizar el suministro urgente de productos básicos de alimentación a todas aquellas personas que no dispongan de los medios más elementales de subsistencia. Se convierte así en la primera comunidad autónoma en establecer un canal oficial y único de distribución de alimentos para cubrir de forma inmediata las necesidades urgentes, complementario a la distribución que se realiza por los cauces tradicionales ya existentes.
 
Tres son los fines de esta red: garantizar que los alimentos lleguen a las personas que realmente lo necesitan; homogeneizar el proceso de reparto, con un procedimiento único y coordinado, para mejorar la eficacia del proceso y, además, activar todo el procedimiento de los Servicios Sociales para que las personas en situación o en riesgo de exclusión social accedan al sistema.
 
El procedimiento se activa con una simple llamada al teléfono de información de la Junta de Castilla y León 012. Este recurso canalizará las llamadas que se efectúen por primera vez y recogerá información básica de la persona: nombres y apellidos, edad, domicilio, número de miembros de la unidad familiar, teléfono de contacto y urgencia de la necesidad de alimentos.
 
Si la necesidad de proveerse de alimentos es urgente, el 012 derivará el caso al Centro Autonómico de Coordinación de Cruz Roja, que se pondrá en contacto de forma inmediata con el demandante (si no es tan urgente, el 012 lo derivará a lo largo del día). Los profesionales de Cruz Roja valorarán la situación y la necesidad real, en base a su situación social, familiar y laboral, y diseñarán un plan de provisión de alimentos, en el que se fijará la cantidad, la composición y la periodicidad de la ayuda, en función del número de miembros de la familia, de la edad y de si se trata de una ayuda puntual o de si es preciso prolongarla en el tiempo. Este plan de provisión de alimentos se revisará periódicamente para dar respuesta a las necesidades reales.
 
A continuación, Cruz Roja informará a la persona de cuál es el centro de reparto más próximo a su domicilio o procederá a entregar, en el plazo máximo de 24 horas y siempre de manera confidencial y discreta, los productos de primera necesidad en el propio domicilio de la familia o incluso a través de un bono para canjear en un supermercado. Se trata, como ha asegurado la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, de huir de una posible estigmatización de los usuarios.
 
Activar la Red de Servicios Sociales de protección e inserción laboral

Las personas beneficiarias firmarán un documento en el que consten sus datos personales, los alimentos recibidos y su consentimiento para que su caso sea derivado a la red de Servicios Sociales de protección e inserción social. Y es que el objetivo es, más allá de proporcionar alimentos, determinar cuál es el origen de esa situación y tratar de paliarlo. No en vano, como ha explicado Marcos, en múltiples ocasiones, tras la necesidad de alimentos, se esconden otros factores sociales o económicos que indican la necesidad de canalizar el caso hacia los Servicios Sociales y buscar el recurso social que mejor responda a sus necesidades (Renta Garantizada, ayudas de emergencia social, el servicio de desahucios…) y dirigirlos hacia proyectos de inserción laboral, vinculados en especial con Cáritas.

 
Los Servicios Sociales serán los encargados de incorporar todos los datos suministrados por el 012 y Cruz Roja a la historia social del solicitante, si existe, o se creará una nueva. En ese momento se activarán todos los mecanismos existentes en la red de Servicios Sociales, formada por la Gerencia Regional de Servicios Sociales, Cáritas, Cruz Roja y las corporaciones locales. La Consejería de Familia dispone de un presupuesto de 20 millones de euros para programas de inserción social.
 

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