La procesión del Vía Crucis iba a abrir esta tarde los desfiles del Jueves Santo tras una madrugada marcada por el Cristo de la Agonía Redentora, pero la lluvia lo ha impedido por segundo año consecutivo. Después de que años atrás se cambiara el horario de la mañana a la tarde, este año ya no se salía desde la parroquia de los Trinitarios para recorrer sus catorce estaciones. Así, la comitiva partiría de San Blas para acortar el recorrido después de que el año pasado la lluvia les sorprendiese y resultaran dañados varios elementos de la procesión. Pero, de nuevo, no ha podido ser.

Desde las cuatro de la tarde llovía sin parar, en algunos casos verdaderos aguaceros. Pero la esperanza no decaía entre los cofrades que bajaban hasta San Blas. A las seis de la tarde los ánimos comenzaban a decaer y un cuarto de hora después se anunciaba lo que nadie quería escuchar, que de no dejar de llover la procesión se suspendería. El agua que caía del cielo se trasladó hasta las mejillas de los más pequeños, ilusionados por poder, este año sí, salir en procesión.

Llegó la hora de iniciar el desfile, pero la lluvia no cesaba. Esperando un milagro de los cielos, los responsables de la hermandad decidieron seguir los estatutos y esperar otra media hora, aunque ya anunciaban que las previsiones eran pesimistas. Y así fue, a las siete de la tarde se había oficial la suspensión de la procesión del Vía Crucis, lo que llenó de desolación a los cofrades más jóvenes, pues es el segundo año que no pueden desfilar junto al Cristo. Pero ya el año pasado los daños que provocó el año fueron cuantiosos. "Las tallas son muy valiosas y cuesta repararlas. Este año gracias al Ayuntamiento y la Junta de Cofradías hemos dispuesto de dinero para la reparación. Es mejor lamentarnos en casa este año que no poder desfilar nunca más", destacó el hermano mayor entre las lágrimas de los presentes.

La Hermandad del Vía Crucis surge en 1989 en el barrio San Bernardo. Se acordó formar una comisión gestora formada por diez miembros y, al ser los Padres Trinitarios los titulares de la parroquia, se pensó en denominar a la Cofradía Hermandad Trinitaria, desestimándose finalmente esta opción. El 29 de septiembre de 1989, el entonces obispo de la Diócesis de Salamanca, Mauro Rubio, firmó los Estatutos de esta nueva Cofradía con el nombre de Hermandad del Vía Crucis. El 20  de enero de 1990 se celebró la primera Junta General, donde se eligió la primera Junta Directiva y se acordó nombrar hermanos fundadores a todos aquellos que se inscribiesen antes del primer desfile procesional, alcanzándose el número de 63 hermanos. El paso fue portado en esta primera procesión por dieciséis hermanos.

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