Un proyecto salmantino pretende mejorar la gestión de las muestras biológicas que llegan a los laboratorios clínicos para su análisis. La iniciativa, que ya se encuentra muy avanzada, está diseñada para el ámbito de la hematología, pero podría adaptarse a cualquier ámbito hospitalario para garantizar la trazabilidad en tiempo real y lograr una mayor eficacia.

El nuevo sistema informatizado que ha desarrollado la empresa salmantina Aplifisa en colaboración con el Centro de Investigación del Cáncer (CIC) abarca todo el recorrido de una muestra en un laboratorio, desde la recepción del material (por ejemplo, muestras de sangre que van a ser analizadas) hasta el envío de los datos al centro que los ha solicitado y gestión de la factura correspondiente.

 

Aunque el proceso parece sencillo, Salamanca realiza pruebas para un gran número de centros sanitarios de su entorno y los procesos a los que se someten las muestras pueden ser muy diversos. Las muestras pueden requerir pruebas muy distintas entre sí. Por eso, contar con un sistema automatizado facilita mucho el trabajo, acorta plazos y elimina posibles errores. Hasta ahora, no existe nada que se ajuste a todas las necesidades tiene un laboratorio de este tipo.

 

Muchas pruebas son secuenciales, de manera que no se pueden realizar todas a un tiempo, pero con este sistema el cliente podría saber en todo momento “en qué estado está la muestra, qué prueba se le está practicando y, si ha llegado al final, tener un informe con los resultados”, señalan los responsables del proyecto en declaraciones a DiCYT. Para ello, los centros o los profesionales que han solicitado los análisis pueden seguir el proceso a través de internet.

 

Dificultades

 

El sistema funciona asignando códigos de barras que son identificados por lectores. Sin embargo, su diseño es más complejo que en otro tipo de productos, ya que deben ir colocados en soportes como portaobjetos en un microscopio o tubos de ensayo de muy pequeño tamaño. Asimismo, teniendo en cuenta la diversidad de pruebas físicas y químicas que se aplican a las muestras, como el centrifugado o la criogenización con nitrógeno líquido, las etiquetas deben ser muy resistentes par que no se dañen ni se borren los códigos y puedan ser escaneados.

 

Por eso, lo más complejo del proyecto ha sido desarrollar todo este proceso de análisis, diseño e investigación hasta conseguir “un sistema fiable, eficaz, que no interfiera con las máquinas que hacen pruebas y permita una trazabilidad absoluta de todas las muestras”, señala Luis González, de la empresa Aplifisa.
 Sistema ampliable

 

 El desarrollo se ha llevado a cabo en el campo de la hematología, con un prototipo comercializable a disposición del CIC, pero la idea es ampliar el modelo para todo tipo de análisis clínicos. De hecho, las pruebas genómicas y proteómicas son cada vez más habituales, por ejemplo, para diagnosticar las enfermedades y buscar posibles tratamientos.

 

En este sentido, el sistema proporciona otro tipo de ventajas con respecto a la privacidad y la protección de datos de carácter personal. Al tratarse de muestras de pacientes, tienen que estar sometidas a un nivel muy alto de protección y sólo los legítimos destinatarios de los resultados deben acceder a ellos, algo que se facilita enormemente con la informatización.

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