Bajo el lema "trabajo, dignidad y derecho", se ha celebrado hoy esta concentración masiva que tenía como objetivos celebrar el Día Internacional del trabajo pero que, en esta ocasión, conservaba un aliciente más debido a la situación tan crítica que están sufriendo más de los 35.000 parados que se contabilizan en Salamanca.

Dicha situación es propiciada por las medidas tomadas por el gobierno que “llevan a la decadencia en la educación, sanidad y en los servicios públicos”, y que han lanzado a la gente a la calle un día de fiesta como este: “La indignación es grande, la situación es tan mala que los ciudadanos encuentran otro motivo más para salir a la calle y decir claramente que no están de acuerdo”, ha declarado Agustín Rodríguez, secretario general de UGT en la ciudad.
 
Con todo esto, alrededor de mil personas unían sus fuerzas cerca de las sedes de CCOO y UGT a las doce de la mañana, mientras se iban repartiendo papales con información de los distintos partidos políticos y sindicatos que, hoy, eran más homogéneos que nunca: “Es natural este descontento general porque estamos en un año que se están tomando medidas desacertadas y erróneas, todas ellas generadoras de recesión”, ha declarado Enrique Cabero, del grupo municipal socialista.
 
 Entre gritos de “quieren acabar con todo”, “lo llaman democracia y no lo es”, “ni un paso atrás, esta reforma la vamos a pagar” y un sinfín de voces reivindicativas; la marabunta se abría paso por Gran Vía mientras muchos curiosos se sentían identificados y entraban a formar parte de un grupo donde ya asomaban más de dos mil cabezas, y varias docenas de pancartas se alzaban al viento pidiendo más igualdad social y el fin de los recortes.
 
Un coche blanco encabezaba la manifestación y era el que ponía musicalidad a la marcha, que conseguía tomar Plaza España a las 12.35 horas, produciendo atascos en las vías colindantes y movilizando a varios agentes de la Policía Local, que hacían todo lo posible por descongestionar el centro antes de que las miles de personas ocupasen la Avenida del Mirat. Al alcanzar el final de dicha avenida, casi llegando a Puerta Zamora, todavía seguían viéndose personas de todas las edades salir de Gran Vía, mientras muchos miraban atónitos hacia atrás.
 
Sobre la una del mediodía, esa gigantesca masa de indignados bajaba hacia la Plaza Mayor gritando “se va a acabar la paz social”, “para los mortales, recortes oficiales” y “no nos mires, únete”, seguramente en dirección a los que se quedaban inmóviles mirando a la marcha pasar por delante de ellos: “Agradecer a todas las personas que se han manifestado para secundar una fiesta que, para nosotros, independientemente de la situación tan crítica, tenemos mucho que decir en la calle”, ha apuntalado Emilio Pérez, secretario general de CCOO.

La Plaza Mayor ya se preparaba para recibir a todos esos trabajadores y no empleados que, de una manera y otra, no estaban de acuerdo con estas medidas tomadas por el actual gobierno. El sonido para la lectura del manifiesto ya estaba preparado y durante diez minutos no dejó de entrar gente por debajo del reloj del Ayuntamiento, mientras se agolpaban cerca de donde se iba a leer este comunicado, ocupando más de la mitad de la Plaza Mayor y consiguiendo atraer a bastantes turistas que visitaban el centro histórico.

 

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